Estúpidamente suertudo

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—No puede. Ni sabe cómo hacerlo.

Inosuke le quita la patineta de las manos a Zenitsu mientras le tira una mirada prepotente a Genya.

El de cresta frunce el ceño.

—¿Dices?

Los Shinazugawarus promedio tienen temperamento volátil. Son provocados con facilidad.

—Yo puedo hacerlo.

—Jeh. ¿Quieres rajarte la cabeza con el suelo?

—Esta cicatriz fue con un cuchillo.

El rubio que los acompañaba lo mira sorprendido.

—Así que eres de los que pelean a cuchillo.

—... fue mi papá.

—Ah, lo siento.

Genya suspira.

Los tres se encontraban frente a la preparatoria que cursaban. Esperaban a Tanjiro para ir a comer algo, ya era hora de salir, pero el pelirrojo amigo de ellos estaba ayudando a las encargadas de la clase llevando algunos materiales a la sala de profesores.

Y Genya, Zenitsu e Inosuke solo pueden esperarlo a la salida.

El de pelo con bordes azules había traído su patineta para ir a un parque cercano junto a algunos conocidos suyos que también estaban aprendiendo a usar el medio.

—Inténtalo, entonces.

Inosuke le extiende la patineta.

—No seas tan imbécil como para caer a la calle.

Estaban en un andén que daba con a la entrada de la preparatoria y con la calle principal.

No pasaban muchos autos, pero igual era peligroso.

—¿Es esa tu manera de mostrar preocupación?

Zenitsu sonríe.

—Dale, Genya. Demuéstrale que no puedes romperte la cara.

—Lo haré, lo haré.

Genya suspira dos veces y vuelve a tomar aire.

—Vamos.

Pone la patineta en el suelo y de un salto se sube.

—O-, Owowo-

La patineta toma rumbo al andén.

Cae a la calle y Genya rápidamente la abandona.

Varios sucesos casuales pasan en ese momento.

La patineta baja a la calle. Genya baja de la patineta, impulsándola por la velocidad con la que lo hizo.

Y una chica que caminaba con prisa al otro lado de la calle baja del andén y da un par de pasos antes de pisar la patineta.

Su pie resbala por culpa de la patineta que por algún motivo estaba en el justo lugar y ella cae de espaldas.

Genya abre sus ojos, muy sorprendido.

La había cagado.

[ · · · ]

Ese día para Kanata fue algo estresante.

Correr a la sala de profesores en busca del maestro Uzui Tengen y no encontrarlo. Tener que hablar con su padre para solucionar algunos problemas que su salón tenía.

Exámenes de fin de curso.

Luego, para final del día, tener que ir a la tienda de conveniencias que estaba a dos cuadras para comprar el pegamento que su maestra Mitsuri le pidió amablemente y no pudo evitar hacerle el favor.

Estúpidamente suertudo - GenKanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora