Within Darkness #2DMTD

Capítulo 003 parte I.

«Reencuentros»

Golpeé la bolsa asiendo que esta se fuera hacia atrás. Mis puños impactaban en la bolsa rellena de Arena.

Me encontraba en un recinto donde practicaban boxeó, quería liberar tensiones y lo mejor era boxeando. Solo quería olvidar lo que pasó a noche, quería olvidarlo a él.

Golpeé la bolsa en el costado.

Luego de que se fueran, me trague mis lágrimas. No lloraría, me prometí que nunca más lo haría. Papá me avisó que había llamado a Bob, Mariza y Sandler. Todos volverían a Estados Unidos.

Por lo que sabia Sandler estaba con Logan en Brasil, Bob en Corea del Norte y Mariza en México, nos habíamos separado desde aquélla noche. No los había visto hace tres años y la verdad era que los extrañaba.

Patie la bolsa, sentía como unas pequeñas gotas de sudor caían por mi espalda. Ya llevaba como dos horas en la bolsa.

-Creó que alguien vino a liberar tensiones- un chico de acercó hacia mi desde el frente, era alto y tenia el cabello claro,me miró sonriendo. Sus ojos eran de un color azul verdoso, me quedé embobada mirándolos -Soy Tomás- estiró su mano para que la tomará. Me quité uno de los guates y estreché su mano.

-Julia- él asintió.

-Y dime Julia ¿Porqué estas liberando tensiones en la bolsa?- preguntó.

-Mas bien me estoy desquitando con la bolsa- Tomás soltó una risa.

-Ya lo creó, Primera vez que te veo por aquí ¿Eres nueva en la ciudad?- dijo.

-Si, vengo de Rusia- él asintió.

-¿Porqué viniste a Estados Unidos?- pregunto.

-Asuntos personales- respondí, el asintió comprendiendo.

-¿Hace cuánto que boxeas?- preguntó queriendo seguir la conversación.

-Dos años- respondí -¿Y tú?- a juzgar por su ropa acababa de terminar de entrenar e iba a las duchas.

-Toda mi vida- respondió -Desde pequeño, mi padre en su juventud fue boxeador.

- Y tu sigues con la tradición - él formo una mueca.

-Mas o menos- dijo -Creó que el boxeó va en mis venas. ¿Ya conoces la ciudad?.

-Un poco. No me e dado tiempo en conocerla- el sonido de mi celular interrumpe la conversación, busco en mi bolso hasta dar con él. Es mi padre.

-¡¿Julia donde estás?! ¡Saliste hace más de dos horas!

-Papá tranquilizate, estaba boxeando. Ya voy en caminó.

Seguido esto corté la llamada, papá debe seguir tensó por lo ocurrido a noche.

Miré a Tomás, el seguía en la misma posición, observándome.

-Me tengo que ir- tomé mi bolso de la silla donde lo había dejado.

-No hay problema ¿Nos seguiremos viendo?- asentí.

-Claro- me puse en marcha a la salida del recinto, donde había dejado estacionado mi auto.

-¡Eh! ¡Julia!- miré hací atrás, Tomás seguía ahí -¿Me das tu número?- gritó. Sonreí.

-No- acto seguido empujé la puerta de salida.

(...)

Ya en casa, bajé del auto caminando a la entrada.

-¡Papá llegué!- grité. La casa se notaba más limpia, papá había comprado muebles nuevos, había un sillón rojo en la sala con otros pequeños negros.