Aprensión

Conversación

[Se suponía que era un One Shot, pero ya que me llegaron ideas de continuación breve, pos... ni modo.]

[Eso y porque ustedes me pidieron que continuará así que... ¡aquí tienen!]

[Ni crean que tendrá tantas partes y tampoco crean que lo actualizaré seguido, solo es una idea fugaz y ya. Capaz solo tenga unas 2 o 3 partes más y ya, se acabo.]

El pasillo se encontraba en total silencio.

Solo había un niño y una mujer mayor, ambos sentados en un comedor alejado de la puerta principal; justo cerca de la pared. Estaban en el área de comida.

El niño se mantenía en sus pensamientos mientras comía lentamente. Por otro lado, la guardia mandaba mensajes en código hacia los animatronicos y los ayudantes, solicitando que no se cruzarán por la sala de comida que era lo principal en la "pizzería".

Solo esperaba que el mensaje si les llegara a la mayoría de los robots en el local.

La rubia apagó su comunicador, se quitó la gorra y suspiró. Dejó caer su cabeza en la mesa con agotamiento y resopló.

Gregory alzó una ceja curiosa por su reacción, y con su mano, movió un poco la cabeza de la guardia.

—¿Vanessa? emm... ¿estás bien? —la rubia no dijo nada, solo volvió a suspirar y levantó la cabeza; se sobó la frente.

—Sí, lo estoy. Solo estaba... pensando —dijo ella.

El niño castaño hizo una mueca.

—¿Así? ¿Y en qué? si me permites preguntar —cuestionó con curiosidad.

La guardia le miró un momento y negó.

No quería hablar de sus problemas con un niño que debe tener como mínimo 12 años.

—No nada, no es tan importante —el de ojos cafés asintió y dejó el tema de lado; no quería incomodar.

Un pequeño silencio se formó entre el dúo, mismo que un ayudante del centro comercial decidió romper con su presencia.

Para mala suerte de Gregory, era un ayudante en vigilancia, y debido a que el niño no se encontraba registrado en el sistema del centro comercial como Vanessa, haría un escándalo y los demás animatronicos vendrían por él.

El de ojos cafés pensó rápido y se escondió debajo de la mesa. Vanessa se extraño por la acción del pequeño y se sobre-exaltó por la voz robótica a su lado.

Ahora entendía porque el niño se escondió.

—Oficial Vanessa, ¿todo bien? —la rubia frunció el ceño y de un modo un poco grosero, le contestó al robot.

—Por favor vuelve a tu posición y avísales a los demás ayudantes que no se solicita su vigilancia en esta área —el ayudante al ser un robot sin sentimiento alguno, le importó poco el tono en que la guardia le respondió.

Simple y sencillamente asintió y se retiró.

Al escuchar la puerta cerrarse, Vanessa miró por debajo de la mesa, sonriendo levemente al ver a Gregory pegado casi a su pierna.

Debía admitirlo, era demasiado tierno para ella.

—Hey, niño, ¿estás bien? —el pequeño no respondió de modo inmediato.

Resopló con temblor, expulsando el miedo que tenia acumulado en el cuerpo.

—¿Se fue?