Darren movió su cuerpo al sentir una manito golpear su mejilla.
El alfa abrió sus ojos con pesadez, la cortina estaba abierta dejando entrar un poco la luz solar, sin embargo, no era lo que estaba haciéndole quitar todo el sueño. Una mano, pequita y suavecita, se encontraba en su cara logrando que hiciera una mueca, a su lado, casi sobre su pecho, Derek dormía plácidamente con pequeños ronquidos.
El cachorro bebé tenia el ceño fruncido mientras le babeaba el pijama.
El aroma de jazmín predominaba en todo el lugar, su omega estaba pegado a su costado, una mano en la espalda del bebé y su cara casi enterrada en su cuello. Darren estaba completamente inmovilizado gracias a los dos omegas que se aferraban a el como si la vida dependiera de ello, aunque claro, Darren no podía decir que no le gustaba despertar con tan maravillosa compañía. Suspiro enamorado antes de mirar con delicadeza a Dorian, sus pestañas oscuras descansaban sobre sus ojitos cerrados, tenia la boca media fruncida, la naricita relajada y las mejillas sonrojadas, su aliento chocaba sobre la piel de la zona del cuello del alfa, la cual mandaba espasmos suaves por toda su anatomía, la parte animal aullaba feliz con la cola moviéndose emocionado, embobado por el lobito que estaba a su lado.
No importaba cuantas veces despertara de esa forma, jamás se terminaría por fascinar ante el aura tan hogareño que su pieza resguardaba gracias al bebé y el omega que solían arrastrarse sobre el como el mejor refugio para cerrar sus ojitos y dejarse llevar por sus sueños, conscientes que habia un alfa a su lado velando su horas de dormir.
Habian pasado dos meses desde la declaración de amor de ambos adultos. Las cosas fluyeron de una manera lenta pero intensa, llena de citas, tardes de películas, fin de semanas de paseos, mucho amor, cariño, adoración y complicidad. Darren se encontró lleno de goce al sentir como lentamente iba entrando en la vida del omega y su cachorro.
Nuestro.
Nuestro cachorro.
Fue, sin duda, lo mejor que pudo haberse pasado. El alfa estaba embalsamado siguiendo los pasitos del cachorro omega que cada día crecía más y más. Lleno de orgullo viendo como Dorian, el omega que llego lleno de moretones y llantos, se volvía en un ser lleno del luz, felicidad y fortaleza. Habian evolucionado los tres, moviéndose como una pequeña familia, celebrando sus logros y cuidando sus caídas.
Darren suspiro viendo al cachorro buscar con sus ojos cerrados el calor materno, soltó una pequeña risita antes de tomarlo con cuidado, dejándolo sobre la cama y saliendo de esta misma para acomodar a Derek junto a su mamá.
El ojimarron soltó un bostezo y dejo un beso sobre la mejilla de su omega y su cachorro para luego ir al baño, lavar su cara y moverse con el cuerpo más despierto hasta el primer piso, haría el desayuno para su pareja y su hijo, luego pasarían la tarde en la piscina.
Aunque no se habían 'mudado oficinalmente' a la casa del alfa, la verdad es que todas las cosas de ellos estaban en su casa, Derek tenia un cuarto propio (que no usaba porque lloraba si se alejaba de ambos adultos) y Dorian tenia su auto guardado en el garage de la casa de Darren.
Pero no vivian juntos.. Aún.
"¡Papá!" La voz de Devine lo hizo saltar con los ojos muy abiertos. La omega tenia una ceja alzada mientras se encontraba sentada en el sofá, su hijo mayor estaba a su lado con una sonrisa burlesca. "entonces.. ¿Cómo estas, eh?" pregunto con los ojos entrecerrados.
Darren sonrió nervioso y se movió hasta sus dos hijos. Ambos habían estado presionando un poco para conocer 'oficialmente' a Dorian y Derek. Darren les habia dicho que necesitaba un tiempo, primero debía consolidar su relación antes de hacer introducciones puesto que ellos habían comenzando como 'cliente- abogado'. Sin embargo, ya con dos meses, estaba claro que no podía retrasarlo más.
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Tal vez (Darren Dagon)
Short Story"Tal vez siempre estuvimos destinados a conocernos" .- Maybe . James Arthur Pequeña historia del personajes mencionado en " Viviendo entre alfas" y "Soy tuyo"