One Shots | Blue Lock

PRONTO

Necesitaba hacer este libro, no me culpen.

Aún no se cuando lo comience por lo que el libro está pausado.

Mini adelanto (están por sus apellidos, ya que son los más conocidos);

—Este partido lo ganáremos...— Isagi se susurraba a sí mismo. Observó a los demás y del como planeaban, todos reunidos en un círculo en medio de la cancha.

—A pesar de ser un partido fuera de "Blue Lock", si perdemos sería una vergüenza.— se lamentó Chigiri, refregando su rostro con su palma.

—Además está Raichi en el otro equipo, junto a Nagi.— Eita soltó un suspiro.— Bueno, tampoco es tan complicado. Me centrare en meter un par de goles y ya está.

—Te noto seguro.— Isagi le vió con un tanto de admiración.— Ahora mismo ando presionado, me tienen de los malditos nervios los del otro equipo.

—Juguemos ya y dejen de hablar.— Bachira sonrió ampliamente mientras daba brincos en su lugar.— Solo obsérvenme, marcaré por mi mismo.

Todos miraron a Bachira con atención, él estaba bastante emocionado y no se quedaba quieto ningún segundo. Esa energía se propagó por el equipo y todos terminaron asintiendo, ahora caminando nuevamente a sus lugares en la cancha.

Observaron al otro equipo, los demás ya estaban listos para empezar la otra mitad del partido.

—PARA JUGAR MEJOR DEBERÍAN QUITARSE LA CAMISETA.— gritaste, sentada en la hierba a unos metros de ellos.

Observaste como todos relajaron sus espaldas y te volteaban a ver. Alzaste tu pulgar y sonreíste.

—Tiene una rara manía con ello.— Reo bufó antes de sonreír ligeramente. De inmediato cambió su expresión al ver a Baro quitarse la camiseta.

—¿Qué?— Miró desafiante a Reo. El pelinegro tiró la prenda lejos, alcanzaste a atraparla en el aire por suerte.— Hace calor.

—Ten.— Nagi se aproximó hacia ti. Realmente pensaste que iba a darte su camiseta, pero no. Te dio su pequeño aparato para jugar videojuegos. Lo recibiste un tanto confundida.— Mejor juega y no molestes.

Le miraste enojada. Nagi tras ver que al menos lo agarraste, se giró y estiró sus brazos antes de ir a jugar el partido. Viste su espalda, aún enfadada.

—Si pierdes, me enojaré.— Dijo en su tono de voz tranquilo, como de costumbre, antes de ir trotando cerca de los demás.

—Como que me dieron ganas de perder.