Yoichi Isagi +18

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Capítulo no corregido
NSFW

—Si el casillero fuese más grande...

Tus manos se aferraron a la camiseta de Isagi, tu novio te había acorralado repentinamente contra uno de los casilleros del vestidor de hombres. Tenían un juego de futbol que ganar, pero aquel ojiazul se notaba inquieto, nervioso hasta más no poder.

Ahora mismo sólo podía besarte, pero quien sabe qué más podría hacer...

Si el casillero fuese más espacioso o al menos en aquel lugar haya una habitación alejada y privada...

—¿Me estás diciendo que lo haríamos dentro del puto casillero? — tu tono no fue de enfado, para nada. Yoishi sonrió a tu sonrisa coqueta, tu voz le retaba a que más ideas locas ronden por su cabeza.

—.... No....— se inclinó lo suficiente para volver a presionar tus suaves labios.

Isagi debió pensar aquello aún más. No podría follarte como se debe en un espacio tan reducido. Y menos él, que generalmente en el acto se desconoce completamente.

Porque si, no sobre piensa las cosas en el sexo. Por alguna razón, tú hacías que él crea en si mismo y no analice de más las cosas, pues, siempre estás satisfecha con cada uno de sus cuidados.

—Podría ayudar a calmar tus nervios... antes que comience el partido — abrazaste su cuello con ambos de tus brazos. Su gentil y ávida mirada se encontraba siempre con la tuya, ahora mismo le acompañaba una pequeña sonrisa encantadora.

—¿Podrías ayudarme? — inquirió, sus manos alcanzando la piel de tus muslos desnudos y acariciando tentativamente. Al instante en que asentiste, los pectorales y el abdomen de Isagi chocaron contigo, sus cuerpos sin ningún centímetro de distancia —. Te lo agradecería mucho, linda.

—Sabes que puedes contar conmigo, bebé — él cerró sus ojos cuando tus labios volvieron a tocar su boca, plasmando un dulce y corto beso —. Siéntate un momento.

—¿Ah? — le empujaste en dirección a los largos asientos dentro del vestidor. Isagi no opuso resistencia y sólo se dejó caer, quedando sentado con su rostro a la altura de tu abdomen —. ¿que planeas ahora, ________?

El sonrojo de tu novio se hizo presente cuando llevaste las manos a tu cabello. Entreabrió su boca, no dijo nada, pero quedó así de sorprendido hasta que terminaste de hacer una coleta alta en tu cabello. Aseguraste que no haya ningún mechón fuera de su lugar que interfiera con lo que harías y sonreíste satisfecha.

— ¿Estás segura? —.

Aquella pregunta salió temblorosa. Isagi lo quería tanto como tú, pero digamos que pensaba en ser considerado. Un buen novio preguntaría antes de que le realicen una mamada, ¿no?

Te arrodillaste entre sus piernas, Isagi por si mismo bajó sus shorts deportivos junto a su ropa interior. La vergüenza había abandonado su cuerpo apenas te vió relamiendo tus labios.

Le ayudaste a sacar su ropa interior por completo y te acomodaste entre sus piernas. Isagi separó sus piernas un poco, lo suficiente para que te acerques a la erección que ya chocaba con su abdomen. En la punta de su miembro escurría una leve gota de semen, nuevamente relamiste tus labios solo con pensar en probarlo.

Tu rostro se acercó a su miembro de igual forma que tu mano agarraba la longitud. El pene de Isagi era realmente bonito para ti, de una longitud un poco mayor al promedio y considerablemente delgado. Unas delgadas y delicadas venas plasmadas en su longitud, visibles ante tus ojos.

One Shots | Blue LockDonde viven las historias. Descúbrelo ahora