Escrita en Abril 2022
Durante el día todo parece tranquilo en la ciudad de Seúl, pero las noches se vuelven exitantes para los jóvenes que buscan adrenalina y emoción.
Cada noche se reúnen en el mismo punto para poder disfrutar de las mejores carrer...
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Jungkook era un joven huérfano que vivió en las calles desde que nació, nunca supo nada de sus padres y de alguna manera nunca le interesó porque ¿cómo podría extrañar aquello que nunca tuvo?, esa era su filosofía de vida, amaba ese estilo de vida sin responsabilidades y simplemente viviendo.
Mientras crecía fue aprendiendo a ganarse la vida de diferentes formas, al principio mendigó en la semáforos como todos los niños huérfanos de su edad pero a diferencia de los demás, ahorraba de aquel dinero, no sabía para qué lo iba a usar pero estaba seguro que de algo le iba a servir.
Un día, ya entrado en su adolescencia, sus amigos lo invitaron a ver una de las carreras clandestinas en motocicleta, dijeron que en las apuestas se ganaba mucho dinero y quiso conocer de qué se trataba, así que por curiosidad fue aquel lugar y se dio cuenta.
Lo suyo eran las motos, la adrenalina, esperaría a tener una edad y compraría una motocicleta con aquellos ahorros que tenía de toda su vida, comenzó a buscar legalizar su nombre y trabajos que fueran más rentables, no quería ser un mendigo toda su vida, quería valerse por sí mismo.
Al cumplir su mayoría de edad lo hizo, cumplió su sueño de comprar una fantástica moto, era costosa y rápida pero valía la pena, había trabajado por ella toda su vida y con ayuda de aquellos que lo habían acompañado todo el camino logró entrar al mundo de las carreras clandestinas.
Se volvió el chico rudo que las chicas admiraban, nunca quiso drogarse porque creía que los que lo hacían se veían estúpidos, compró un pequeño apartamento digno de sus ingresos donde dejó de vagar por las calles, era un chico rebelde pero inteligente y con aspiraciones grandes, aunque no podía estudiar.
Pronto se convirtió en el mejor en las carreras clandestinas, cada noche era una oportunidad para él, siempre que llegaba arrasaba y eso le estaba dando un estatus dentro de aquel círculo, jamás se enamoraba y podía tomar a la chica que le gustará como trofeo porque era deseado.
Esa era su vida, conservaba el empleo como una fachada, jamás fue a la escuela de educación superior, solo aprendió a leer y escribir porque le pareció importante pero no por eso quería decir que el chico era tonto, era uno de los más inteligentes que se conocía.
Tenía su futuro resuelto, eso creía él, pero los planes que nosotros hacemos no son los mismos que la vida tiene...
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