Capitulo único

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Soy una idiota...

Piensa Jeongyeon, mientras toca su piel quemada por el sol; Se suponía que ese trabajo sería "fácil y sin sentido". En cambio, se encontraba horriblemente quemada por el sol una hora después de su primer día en el trabajo.

Ella camina apresuradamente hacia su bolso y saca su protector solar, haciendo una mueca al rozar la tela de sus prendas contra su piel.

Su hermana le había advertido que usara protector solar incluso en los días nublados, pero el cielo estaba cubierto por las nubes cuando Jeongyeon había salido a caminar esa mañana. No era culpa suya que el sol estuviera en su máxima potencia cuando ella no miraba.

Jeongyeon termina de aplicarse protector solar en la nuca con un suspiro agotado. Probablemente sea muy poco o demasiado tarde, pero ella haría todo lo posible para evitar que su piel se enrojeciera más de lo que ya lo estaba. Le quedan unos 30 minutos como máximo para finalizar su trabajo.

"Señorita Yoo, espero que su primer día de trabajo esté yendo bien".

Jeongyeon se pone rígida, dándose la vuelta para enfrentar a la persona que le dió orígen a esa voz y haciendole una reverencia superficial. "Sr. Im..." Dice al incorporarse a su previa posición. "Lo es... ¡Muchas gracias! Debería terminar con todo el trabajo en breve."

El hombre frente a ella está vestido con un traje que parece más caro que el auto de Jeongyeon. Su cabello está peinado hacia atrás, ingeniosamente diseñado para emitir un aura de dinero, elegancia y poder, como si el costoso reloj que adorna su muñeca no fuera suficiente. Se ve tan intimidante como lo hizo cuando Jeongyeon entró para su entrevista.

"Excelente..." Menciona aquel hombre, asintiendo con la cabeza. "Creo que vas a perderte el regreso de mi hija de la universidad."

"Oh..." Dice Jeongyeon, asintiendo de una manera en la que espera transmitir un interés sincero. "Estoy segura de que eventualmente me cruzaré con ella".

"Quizás, o puede que no; Entre su pasantía y otros compromisos sociales, probablemente estará bastante ocupada. El verano es una temporada social, ¿Sabes?". Una vez más, Jeongyeon asiente. Esta vez, inclinando su cabeza hacia un lado y tararea, como si estas palabras tuvieran mucho sentido, como si no estuviera tan lejos de la élite económica de su ciudad como para que el Sr. Im también estuviera hablando en francés.

El Sr. Im la mira por otro largo momento, ajustándose las mangas de su camisa. Él solo asiente y se gira, pero justo cuando Jeongyeon permite que su columna regrese a su posición curva preferida, gira entonces bruscamente sobre su talón. "Sra. Yoo... Me gustaría pedirle un pequeño favor."

Jeongyeon se las arregla para lidiar con el chillido que amenaza con salir de su boca y la obliga a soltar un grito ahogado. "¿Sí, Señor Im?"

"Hazme un favor y... vigila a Nayeon este verano". Los ojos del Sr. Im miran en dirección a la piscina recién limpiada. "Ella siempre ha sido bastante... obstinada, y me encantaría saber que alguien le está cuidando mientras estoy en el trabajo."

"Sr. Im yo..."

"No le estoy pidiendo que la cuide", Interviene el Sr. Im. "Simplemente... que tome nota de cualquier comportamiento extraño". Jeongyeon traga saliva, resistiendo el impulso de jugar con sus manos.

"Con el debido respeto, señor. No sé qué es normal para su hija...".

Hay una pausa. Jeongyeon comienza a preocuparse por haber cruzado algún tipo de línea invisible de etiqueta de gente rica. Entonces, el Sr. Im deja escapar una risita, aparentemente sin sentirse ofendido. "Excelente punto, Sra. Yoo. Simplemente avíseme si mi hija parece estar haciendo algo desagradable. ¿Sí?"

Oh, Sweet Icarus ─ 2yeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora