Único

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Lo empujo contra la pared de su habitación, Kita había dado incluso un pequeño rebote; Atsumu se sentiría mal después. Justo ahora, mientras lo acorralaba con sus brazos, en lo único que podía pensar era en la forma en que su omega olía, apestaba, a otro alfa, recordó ver como una chica se había acercado descaradamente a Kita, tocándolo, casi como queriendo marcarlo, como si Kita no perteneciera ya a Atsumu, sin embargo, Kita no había hecho absolutamente nada para alejarla, para que ella dejara de repegarse, para que detuviera ese ridículo intento de cortejo. Atsumu intentaba esconder su furia, aunque sus feromonas eran lo suficientemente obvias para saber que no era un buen momento para meterse con el (El rubio había podido distinguir un bufido divertido de alguien detrás de él, pero no era momento para pelear con Sakusa).

Ahora Atsumu lo tenía ante él, con su usual expresión en blanco, calmado siempre ante todo, y eso enfureció aún más a Atsumu, ¿Ni siquiera podía pedir una explicación? El la habría dado antes siquiera de ser pedida, antes siquiera de que Kita hubiese notado un olor a omega en él, pero parecía que al otro le importaba más bien poco el oler a alguien que no fuera su alfa. Pero se lo demostraría.

Le demostraría a KIta que le pertenecía a él y a nadie más.

Así que se inclinó y con furia se hizo con los labios del mayor, el beso había tomado por sorpresa al otro, que había hecho un sonido de sorpresa, Atsumu había tomado ventaja de eso, adentrándose dentro de su boca, besándolo a profundidad, haciéndose consiente de cada parte de Kita, quien subía sus brazos para rodear el cuello del rubio, dejándose llevar por el caliente beso. Cuando el aire empezó a faltar, Atsumu bajo hacia su mandíbula, dejando unos cuantos besos húmedos, para después lamer su cuello, mientras sus manos empezaban a colarse debajo de la camiseta de Kita, explorando, navegando por su estómago, sintió como su respiración se cortó por un segundo cuando, tentativamente, pellizco uno de sus pezones con un poco más fuerza de la usual, una pequeña sonrisa burlona se hizo visible en sus labios, inclinándose, puso su cara a la altura del pecho de Kita, empezando a lamer y a succionar sus pezones sin una pizca de delicadeza en sus acciones; podía escuchar encima de la respiración jadeante que parecía estar disfrutando el trato rudo de Atsumu.

Las manos del rubio bajaron por todo el torso lenatamente, acariciando sus costillas, el abdomen firme y su pelvis, apreciándolo, sintiendo a su omega, embriagándose de su excitación. Asi, las manos de Atsumu por fin bajaron hasta su trasero, que apretó y masajeo, logrando sacar unos gemidos de Kita. Atsumu se incorporó un poco, mientras sus manos bajaban un poco a los muslos, y simplemente lo levanto del suelo, Kita logró aferrarse a sus hombros, los ojos de ambos se encontraron, las mejillas del mayor estaban teñidas de rojo mientras su aliento salía pesadamente de su boca, y estaba así por nadie más que por Atsumu, quien se sintió alegre de sobremanera, no había otra persona en el mundo que hubiese visto o hecho sentir de esta manera a su Kita. Se besaron, mientras Miya los llevaba a la cama, donde lo había dejado y, después de que Atsumu pasara su camisa por encima de su cabeza, pudo ver como que Shinsuke bajaba su pantalón en un gesto que podría describirse fácilmente como desesperado, viéndolo por primera vez urgido de hacer algo, en un desastre jadeante, y apenas lo había tocado. Se relamió los labios, maravillándose de la forma en que sus instintos omegas guiaron a Kita a acostarse boca abajo sobre sus codos y rodillas, abriendo las piernas, dejando su trasero, aun enfundado en unos ceñidos bóxer, al aire, preparándose para él, preparándose para que Atsumu tomara todo lo que Kita podía darle.

Tragó duramente, mientras se acomodaba entre las lechosas extremidades de su pareja, viendo la gran mancha húmeda en su ropa interior, tomo entre sus manos su trasero, dándole un buen apretón antes de empezar a bajar la prenda por sus piernas, viendo ahora la entra necesitada y completamente dilatada para él, acercó sus dedos y notó la facilidad con la que dos de sus dígitos se hundían en él, así que sin tapujos metió el tercero, que, aunque no se resbaló con la misma simpleza, consiguió abrirse camino sin demasiados problemas. Vió fijamente la forma en que sus dedos desaparecían dentro del anillo de músculos de su amante, escuchó su respiración pesada y los jadeos que salían cuando se acercaba a cierta parte, salivó y, antes de siquiera poder procesar lo que iba a hacer, escupió sobre el agujero.
Un gemido ahogado salió de los labios de Kita, Atsumu sonrió, complacido ante tal sonido, mientras veía como su saliva se mezclaba con los fluidos de Shinsuke, quien ahora movía las caderas para buscar más contacto, hasta que...

-¡Atsumu!- gimió, y el nombrado supo que había encontrado el lugar indicado; empezó a buscar con más precisión el lugar correcto, hasta que escuchó de nuevo al mayor gemir. Supo entonces que había dado de nuevo al lugar correcto, iniciando embestidas, bombardeando esa parte en específico, abusando sin piedad del otro, oyó como la voz de Kita se rompía cada vez más, sujetò sus caderas para que no fuera capaz de moverse. Los codos de Shinsuke estaban fallando y su peso estaba ahora sobre sus hombros y cabeza, sus gemidos se cortaban y se interrumpían.

-Estas a punto de terminar ¿No es así?, y ni siquiera he tocado tu pene-, se burló mientras veía el pequeño asentimiento del otro. Atsumu, de pronto, se detuvo, sacando sus dedos de la entrada del otro. Un gemido protestante, necesitado, no se tardó en hacerse escuchar.
Miya hizo que se volviera, teniendo ahora a un sudoroso, sonrojado y agitado Kita frente a él; sobre estimulado, el omega apenas era capaz de pronunciar algo cuerdo, así que fue Atsumu quien se encargó de sacar completamente su ropa interior, y desabrochar el pantalón propio, por fin liberando su dolorosa erección, subió las caderas de Kita a su regazo, alineándose con la entrada y, de una única estocada, se enterró completamente en el mayor. Shinsuke gimió ruidosamente el nombre de Atsumu, aferrándose a las colchas como si su vida se fuera en ello, mientras el mencionado juntaba sus manos con las del otro, llevándolas por encima de la cabeza de Kita y sosteniéndolas ahí con su mano izquierda, mientras que con la derecha apretaba las mejillas de Shinsuke, haciendo que lo viera a los ojos.

-Escucha-, dijo, y Kita intento silenciarse, sin mucho resultado-, el único alfa que puede tocarte soy yo, ¿Entiendes?, me perteneces a mí y a nadie más que a mí. Siempre serás solo mío.-, Kita asintió fervientemente ante las palabras dichas, Atsumu asintió solo una vez, firme, y, soltando su rostro, empezó a estimular el olvidado pene de Kita, quien parecía solo necesitar eso porque no mucho después se había corrido ruidosamente, siendo seguido por el rubio. Miya se dejó caer a su lado, donde se quedaron dormidos casi al instante.

Celos -AtsuKita-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora