Anhelos

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ღTítulo: Anhelos
ღAutor: Yoru Hagane/Mirakler_Bernkastel
ღA quién le van a regalar: Alice Lea/
ღFandom, Ship:  #GenshinImpact #KaeLuc

ღ Advertencias: Ninguna, puro amorsh, volverse más Kaeluc shipper que persona (?
ღ¿Por qué elegiste dar este regalo?: Es una ship que tenemos en común, adoro genshin, adoro la dinámica entre ellos, la adoro y duele, así que cuando leí que Alice quería algo empalagoso y diabético (? Me dije "se lo merecen, un poquito de azúcar entre tanto angst"
ღ¡No olviden acreditar todo lo que usen, please:

ღArtista @Linden_bd

ღEdición de la portada: NatalieNightray1997

*ੈ✩‧₊˚ Anhelos *ੈ✩‧₊˚

Quedaban algunas horas para que el sol saliera en Mondstadt, pero a pesar de que la penumbra seguía reinando en aquel poblado de Teyvat, él no veía nada aterrador en pasearse a plena madrugada por los alrededores del viñedo heredado por su familia. No era la primera vez y por supuesto, estaba lejos de ser la última en la que lo haría, la gran diferencia era que en esa ocasión no solo hacía para despejar su mente de cualquier preocupación, también esperaba a alguien, a alguien que jamás debió irse y a quien no sabía cómo pedirle que regresara para siempre.

Meditando sobre que palabras usar para pedirle aquel egoísta capricho, observaba su cultivo, las uvas lucían solitarias y opacas bajo la luz de la luna, ni siquiera el destello ocasional de los cristalopteros surcando entre los arbustos las iluminaban lo suficiente para que se vieran esplendorosas y llenas de vida. Diluc las acarició con extraña delicadeza mientras su invitado hacia acto de presencia de forma tan sigilosa que casi parecía haberlo estado acechando hacia un rato, y tratándose de Kaeya, era muy posible que así fuera.

—Pronto estarán en su punto... —pensó tan concentrado en los frutos, que su mente recibió un jalón de vuelta a la realidad cuando una suave brisa heló su nuca.

A pesar de erizarle la piel, se esforzó en ocultar lo vulnerable que se había sentido, no iba a darle pie al moreno de que soltara alguna broma por su debilidad al frío o hacia su persona.

—Falta poco para cosecharlas... —mencionó el joven caballero uniéndose a la íntima caricia que le daba a la uva solo para provocar el roce de sus dedos de forma lenta e insinuante.

—Así es... todavía falta —notando el gesto del moreno, le permitió juguetear con él tanto como se le antojara.

Al inicio fue un roce aparentemente casual con la yema de su índice, luego se unieron el resto sus dedos quienes se pasearon por su muñeca hasta alejar la atención de la fruta y obtenerla para sí mismo. Sus manos se entrelazaron con firmeza sin que ninguno de los dos mirara lo que pasaba, solo sucedió y ninguno rompió el contacto. Prolongando el silencio ambos recorrieron el viñedo y llegaron al borde de aquella laguna que dejaba a la ciudad como su vecina.

—Estas muy callado... más de lo usual...

—Solo... estaba pensando

—Ojalá sea en mi

—Tengo mucho en lo que pensar ¿por qué estarías tú incluido?

—La pregunta real es ¿Por qué no soy lo único?

Diluc cerró los ojos conteniendo la sonrisa que luchaba por dibujarse en sus labios hasta conseguirlo al final. Kaeya no lo mencionó, le bastaba con verla para reclamar cautelosamente su primera victoria de la noche.

—Porque si fueras lo único sería imposible tener una vida tranquila...

—No la tengamos, la tranquilidad perpetua es aburrida, piensa en mi y todo será más emocionante

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