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El sol alumbraba la ciudad entera, la luz traspasaba las cortinas de aquella oscura habitación, parte de la luz artificial que alumbraba el escritorio hizo que el jóven de 17 años abriera los ojos lentamente.

Vivía en dos ambientes completamente distintos, por un lado tenía esa visión hogareña, su madre cocinando, su padre en el trabajo, una vida común

"Doctor" decía su mente "bailarín" decía su corazón, escoger una carrera jamás fue sencillo, tenía tantas opciones. Arquitectura, administración de empresas, medicina, una opción, una buena opción, alguna de la que no se arrepintiera, debía dejar a un lado sus sueños para poder ayudar a su familia, debía darles la vida que merecían tras haber trabajado tan duro alrededor de sus vidas.

Presión, entre proyectos, tareas y responsabilidades, quería abandonarlo todo, pero no podía, si renunciaba a su esfuerzo, renunciaba a su familia, necesitaba ayuda, pero nadie lo notaba, su sonrisa lo escondía todo, lo único que hacía era quedarse en su habitación, con libretas y lapices por todas partes. Era un completo desastre, pero lo único importante era su trabajo, toda aquella fuerza que estaba perdiendo la recuperaría aún después.

"Todo estará bien" decía él cada vez que dejaba de llorar en aquella oscuridad que lo invadía. "No te rindas, no ahora" simplemente quería demostrar que lograría lo que siempre quiso, que lograría ser feliz y tener una buena vida.

La primavera había llegado, era marzo, ese era el momento que menos le agradaba, apenas habían pasado algunas semanas desde que las clases habían empezado, pero aún se sentía nervioso con ir cada Lunes. Tomó su mochila, corrió y al llegar hizo lo mismo de siempre, sacar sus libros y libretas y continuar estudiando. "Hey Minho ven con nosotros", ¿debía llegar a tal extremo? Dejar a un lado su vida social para obtener una enorme recompensa.

Aún si tenía oportunidades de crear nuevas amistades sus estudios se interponían, nada se lo impedía, sus padres se preocupaban por la vida social de su hijo, pero entendían cuan importante era el Instituto para él.

— ¿Alumnos nuevos?
— Los rumores son ciertos, habían dos alumnos en la dirección, son un poco menores a nosotros.
— ¿Deberíamos ir a ver?
— Nada importante, los veremos después.

Por más que lo deseara Minho se veía en la obligación de escuchar las conversaciones de sus compañeros que lo rodeaban. Algunas veces lograban distraerlo lo cual era totalmente frustrante para él.

Pasar su vida fijado en las cosas que le robarían su juventud era terrible, imaginarse que no logró salir con sus amigos, charlar con ellos sobre anime y videojuegos no era tan lindo.

— ¿Estás seguro de continuar así?

Era Bangchan, era un gran estudiante, tenía tantos talentos y una gran familia, hacía que Minho se cuestionara si debía esforzarse al máximo necesariamente. Éste tan solo asintió a la pregunta de su compañero para después continuar con sus deberes.

La hora de almorzar, era algo a lo que Minho se apresuraba, ocupaba ese tiempo para ir al aula de estudio, y obviamente no era el único, aquel aula, donde estudiaba literatura, era como una obra de arte ante sus ojos, era de sus materias favoritas, podría imaginar el escenario y personajes en su mente, dibujados, trazados por líneas con un lápiz o color de punta fina y suave, recorriendo cada borde de la hoja blanca, dando color y vida a esas palabras que brotaban de aquellos libros sin un fin especifico.

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⏰ Última actualización: Jul 21, 2022 ⏰

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I do;; MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora