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El incesante y molesto ruido que producía su teléfono vibrando sobre la mesita de noche alado de su cama, fue lo que terminó de despertar a Aphelios, mirando al techo por unos segundos, notando la agradable luz matutina.

Le parecía muy temprano para que fuera su alarma; su turno de trabajo no comenzaba hasta más tarde, pero se dio cuenta que enrealidad alguien le estaba marcando, lo cual era raro; prácticamente solo Alune le marcaba y era por videollamadas, ¿sería el banco? Según él estaba al corriente con sus deudas.

Tomo el celular para dejar de estar adivinando, y respondió en cuanto leyó el nombre de Soraka, su única amiga.

"Buenos días Phel, ¿te desperté?" Hablo animadamente.

—No.—Mintió, pero su voz lo delató, provocando que la otra riera.

"Perdooon" Lloriqueaba en broma. "Pero era importante." Aphelios comenzó a incorporarse en la cama, sabiendo que no podría volver a dormir. "Le pase tu contacto a alguien que quiere aprender lengua de señas." Aphelios parpadeo un par de veces, confuso.

—¿Porque no lo aceptaste tú?—Pregunto ya que ambos eran interpretes, conociéndose justamente en los cursos para certificarse hace años.

"Umm..." Dudo un poco. "Ahorita estoy un poco ocupada." Aphelios queria preguntar más, pero la otra habló tan rápido que no le dio tiempo. "Bueno, solo queria informarte eso, espero que no te moleste, te mandara mensaje en cualquier momento, ¡se amable!" Y con eso, colgó, sin darle tiempo al azabache de protestar.

Volvió a acostarse en la cama, dejando su celular a un lado, mientras respiraba cansado. Había aprendido lengua de señas gracias a que su hermana era sorda, y había decidido certificarse para poder trabajar traduciendo conferencias o eventos públicos, donde no tuviera realmente interacción con las personas, por eso nunca se había decidió a dar clases. Pero, realmente no tenía mucho trabajo de eso, no tanto como Soraka al menos, y Aphelios aveces pensaba si su personalidad influiría en eso. Apostaba que si, ella conocía más personas, como el supuesto cliente que le mandaría mensajes ahora.

Su trabajo en un pequeño café tampoco le dejaba mucho dinero, aún si era el encargado, por lo que consideraría dar clases personales a esta persona si la paga era buena, ¿cuanto estaría bien cobrar por hora? Debería preguntarle a Soraka sin duda.

El sonido de una notificación lo saco de sus pensamientos. Tomo su celular para verificar y efectivamente, tenía un mensaje de un número desconocido.

Número desconocido: Buenos días, ¿es este el señor Aphelios? La señorita Soraka me paso su contacto.

"Señor Aphelios." Pensó. "Que formal."

Aphelios: Si.

Se amable!" Recordó las palabras de la rubia.

Aphelios: Buen día.

Número desconocido: Me interesa contratar sus servicios, ¿podemos reunirnos hoy para ver los detalles?

Aphelios arrugó el entrecejo, que raro resultaba esta persona.

Aphelios: Solo puedo después de las 8 p.m.

Número desconocido: A las 9 p.m. Le mandare la ubicación.

Aphelios: ¿Puedo saber la razón de su interés interés aprender?

Se animo a preguntar, le daba curiosidad. Pero al darse cuenta como el otro escribía y borraba el mismo mensaje, comenzó a ponerse nervioso. Tal vez no debió haberlo preguntado.

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⏰ Última actualización: Oct 31, 2023 ⏰

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