Regreso

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El día que supe de tu partida fue inesperado; mi corazón se encontraba confundido, no sabía como debía reaccionar y las lágrimas escaparon de forma natural.

Pensar que era una mala broma del destino era lo que deseaba creer, para lástima de ambos era la cruda realidad que se acercaba con el paso de los días.

Me mantuve tranquilo hasta cierto punto; estarías en un mejor lugar, pero aun así el vacío era algo constante en mi cabeza.

El último abrazo entre nosotros fue sin duda un trago amargo para el cual mi garganta no estaba preparada, como tampoco lo estuvo para las primeras noches que llore en silencio, con la necesidad de verte de nuevo como meses atrás.

Al inicio, era ver una fotografía constantemente para no olvidarme de ti, me negaba a dejarte ir, deseaba saber de ti aunque eso me recordará de tu ausencia en cada instante.

El tiempo paso y aquella fotografía, deseo e interés se cubrió de polvo en el fondo de mi mente, había encontrado ese equilibrio, sabía que no volverías en mucho tiempo, pero también era consciente de que era mejor de esa manera.

El invierno ha llegado, sin duda un recuerdo de como partiste, sin duda no esperaba que fuera también uno de tu regreso.

Aquella sonrisa frente a mi, tu figura particular, la melodía de tu voz, expresiones que solo había escuchado en ti y sin duda la esencia que te rodeaba, seguía contigo.

No sé si estamos listos para el regreso, ambos hemos cambiado y nuestra forma de ver las cosas son diferentes, sin duda me da miedo.

Miedo de no recordar que hacer, de no saber como reaccionar o sencillamente de no ser lo que esperabas ver.

Te llevaste una parte de mi, ahora llena de un nuevo yo que espero te agrade. Igual cambiaste, pero supongo que es lo mejor, después de todo tu regreso puede ser la continuación de nuestra historia.

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