PARTE #2

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PARTE #2

Estaba seguro de algo en mi vida, no quería alejarme de Ed, él era lo más importante que tengo y no estoy dispuesto a dejarlo solo. Mi papá que ahora venía como un buen padre para cuidarme, me miraba preocupado. Yo estaba decidido, creí que con eso mi papá se fuera y no querría verme más, pero...

- Papá: Vale hijo. Cumpliré tus deseos, dime sus nombres y apellidos, su edad para anotarlos e iniciar el trámite.

- Rubén: Se... se llama Edmund Jesús López Zegarra tiene 10 años.

- Papá: [guardando sus cosas] Vendré cuando tenga todo listo.

- Rubén: Espera... ¿Me podrías abrazar?

No sé porque lo dije, pero quiero sentirlo, papá sonrió y yo también, el guardo la hoja anotada y me abrazo, me cargo como no era muy pesado que digamos. Me sentía protegido en los brazos de mi padre. Nuevamente me bajo, papá sobo mi cabeza y se retiró con una sonrisa.

Yo también iba a retirarme, sin embargo, vi un papel extraño en el suelo, lo levanté, era una carta, lo guardé en el bolsillo de mi polera y fui a dormir a mi habitación. Llegando a ella, en la puerta estaba Edmund llorando, me preocupé y fui rápido.

- Rubén: [preocupado] ¿Bebé, qué paso? ¿Por qué lloras?

- Edmund: [llorando] ¡No te vayas! ¡Porfi! ¡Quédate!

- Rubén: No grites bebé, ven puedes despertar a los demás.

Lo cargue y lo lleve al baño, le lave un poco la cara y me di cuenta de que su pañal estaba por explotar.

- Rubén: Bebé, no me voy a ir.

- Edmund: [secándose las lágrimas] ¿Enserio? ¿Te quedas?

- Rubén: Si bebé, me quedaré contigo, no te dejare solo, tú eres lo más importante.

- Edmund: [abrazando a Rubén] Te quiero.

- Rubén: Igualmente, bebé [tocando el pañal de Ed] espera ¿Ed desde qué hora estas mojadito?

- Edmund: [haciendo pucheros] No lo sé.

- Rubén: Estas muy mojado, debo cambiarte.

- Edmund: Pero no me incomoda el pañal.

- Rubén: Te puedes rozar, no quiero ver tus nalguitas enrojecidas por la humedad, venga vamos al cuarto a ponerte uno nuevo.

Lo lleve de la mano, todos ya dormían, sería muy desconsiderado si prendiera la luz. Me lleve una colcha, los pañales de Ed y el rollo de papel higiénico.

Afuera del cuarto extendí la colcha, recosté al bebé en ella, le bajé el pantaloncito dejándolo al descubierto, lo primero que hice fue meter mi dedo en el interior del pañal. Estaba mojadísimo, lo pasé por alto. Al mirarlo nuevamente a su carita, lo vi chuparse el dedo mientras cerraba sus ojitos. Era un bebé auténtico.

Procedí con el cambio, extendí las cintas del pañal, mirando sus pequeños genitales y sus nalguitas un poco enrojecidas, estaba en lo correcto se estaba rozando.

Le limpie sus partecitas, estaban muy calientes pensé que podría inflamarse así que me levante, moje un poco el papel y le limpie, ya se encontraba más fresquito, lo noté por su sonrisa, agarre el pañal sucio junto con el papel que utilicé para limpiarle y lo bote. Agarre el pañal limpio lo pase por debajo de sus nalgas, y la cerré, le puse el pantalón y lo levante.

MI PEQUEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora