Llegué temprano al colegio, quería estar allí lo más pronto, quería ver a Santiago pero Cristina era una pared que me hacía volver a tierra y saber que no pasaría nada y ni siquiera tenía permitido pensarlo.
Cuando llegué a mi aula, me senté en mi sitio a esperar que vengan los demás,me estaba quedando dormida cuando alguien tocó mi hombro.
-Kiara! -dijo una voz familiar, era Cristina.
-Cris... Hola, qué tal? - dije insegura.
-Bien , oye un favor no salgas con Santiago hoy, tiene una heridota en la pierna y le dije que se quedara en su salón , ha aceptado. Si sale están mis amigas para que me avisen y le advertí si hace eso, nunca más le hablaré.- dijo mirándome fijamente, podía notar que quería intimidarme, jamás.
-Oh... entiendo, bueno ya debes ir a tu salón, llegarás tarde.- dije sin titubeos.
-Chau Kiara- dijo agitando su mano.
-Chau- imité su movimiento.
Las horas pasaron lentamente, me sentía decaída, creo que realmente quería verlo, a diez minutos que tocara el timbre del primer recreo sentí como todo vibraba.
-Temblooor! TEMBLOOOOR! - Gritaban todos.
-Bajen alumnos, ordenados.- dijo el profesor de trigonometría, Alex.
Todos empezaron a correr ,empujarse, gritar, parecían idiotas. Ni bien llegamos nos reunimos en nuestro círculo correspondiente, mientras el director hablaba, sentía que alguien me miraba. Volteé bruscamente y me di cuenta que era Santiago, me sonrió y se volteó. El director se demoró en hablar toda una vida, ya había terminado el receso y todos subimos a nuestras aulas correspondientes. Esta vez, las horas pasaron demasiado rápido y sin más sonó el timbre del segundo recreo, quería pensar así que bajé sola, cuando llegué al segundo piso vi a Santiago, le sonreí y seguí andando.
-Kiara!- me llamó
- Santiago! No podemos salir Cristina dijo que tenías una herida en tu pierna y es -miré su pierna- hey! Pero si es pequeñísima!- dije.
-Esa no es, es esta- me mostró su otra pierna
-Oh por Dios! Está horrible , debes ir a tu aula.
-Pero saldré contigo al receso, ya lo olvidas?- dijo sonriente
-Pero Cristina dijo...
-Cristina se ha ido a su casa- dijo seguro.
-Pero sus amigas le avisarán y no te volverá a hablar...
-Kiara, estoy aquí por algo, todo lo que estás diciendo ya lo sé.
No sé porqué pero cada cosa que decía era tan impresionante y fastidiosa al decir verdad.
-Está bien- le dije
Todos nos miraban, como si sus vidas dependiesen de ello, poco a poco mis cachetes se acaloraban.
La verdad es que no recuerdo que conversamos pero sí me acuerdo de él, lo miré tan bien, que quedó grabado en mí como un tatuaje.
Tenía el cabello marrón oscuro, tes morena, ojos interesantes, una mirada tan preciosa , sus pestañas risadas y largas, unas cejas perfectas , una sonrisa tan preciosa. En todo ese recreo no quitó ni un segundo su mirada de mí, eso me gustó, él me gusta, pero no. Sí, pero no. Malditos sean los peros.No quiero admitirlo, no me gusta "admitir" cosas ,pero ... me gusta. Santiago, tan cerca pero tan lejos.