Capítulo 3: Narra Billy.

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-No..., Spencer quédate aquí... -tartamudeé- Digo, me aburro demasiado cuando no estás... -divago- y... y... yo -pequeña pausa en la que pienso mil formas de escapar-, me he pasado todos tus juegos -premio al idiota del año; ¡Billy Joe Cobra! Oh gracias, gracias, he trabajado para este puesto todo un año. La paz mundial-.

Spencer emite una pequeña risa -Vale -sonríe-, pero comeremos pizza, ¿verdad? -asiento- entonces mueve tu inexistente trasero a la cocina -¿Inexistente!? Abro la boca en indignación-. Okey, sí, tienes trasero de Nicki Minaj -sonrío-, a lo gordo me refiero.

- ¿¡QUÉ!? -finjo abofetearlo- ¡No tengo el trasero gordo! -hago pucheros. Él sólo sonríe. Si será idiota- Bueno, quizás, chico de culo aplastado -cara de diva malvada-. Este gordo trasero irá a ver si hay suficientes ingredientes. Idiota.

-Como sea, Casper. -le levanto el dedo de en medio desde la cocina.

Hjum... ¿Salsa? Yup. ¿Harina? Yup. ¿Cosas que Spencer usa para hacer pizzas? Yup, yup.

- ¡Hey Bro, creo que está todo! -anuncio desde mi lugar.

Sólo escucho un "¡Bieen!". Me pregunto... si así es mi "vida" después de la muerte, ¿en verdad existe el descaso eterno? ¿En verdad las personas alcanzan la felicidad después de la tormenta? ¿Todos podemos alcanzar a un Spencer después de ser fuertes, incluso si te cansas de serlo? Sinceramente Spencer es lo único que me mantiene estable. No tengo nada más, y en verdad nunca lo tuve.

Spencer es mi claro ejemplo de felicidad.

Si él no estuviera, yo... simplemente lo habría dejado de nuevo, habría dejado de luchar, otra vez. También pienso un montón de cosas, como por ejemplo el hecho de haberlo conocido antes de rendirme ¿lo habría hecho de nuevo? ¿Me habría rendido también? Lo más probable es que no. Seguramente hubiera sido muy bueno con él y le hubiera dicho un montón de cosas que él en verdad merece recibir. Le hubiera pedido que fuera mi novio... ¡Oh, y Dios sabe que lo deseo! Pero mi realidad es distinta. No estoy de esa forma con él. No puedo establecer nada realmente con él. Spencer, un pequeño joven de dieciséis años, no merece algo así. No merece a un idiota de quién sabe qué edad, de quién sabe qué procedencia. No merece una relación ficticia. Él merece a alguien que lo haga sentir bien todos los días, que lo lleve a pasear todos los días. Que tome su mano sin sentirla fría, sin calor, sin alma. Alguien que pueda sentir y que lo haga a él sentir. Y no me importa si ese alguien no es yo. Pero si ese llegara a ser yo, las ganas de hacerlo feliz no me faltan. De hacerlo mío. Aunque él no puede hacer lo mismo, porque yo ya soy «literal» sinceramente suyo.

-Billy... ¿Billy...? ¡OYE IDIOTA CON CADERAS DE BEYONCE! -enseguida reaccioné. Dios, parezco drogado... ¡NO BILLY NO LO HAGAS, NO DIGAS ESTÚPIDA CURSILERÍA BARATA!

Soy el mayor drogadicto de la mejor droga. Y Spencer es la mejor droga.

¡OH VIEJO, LO DIJISTE! Creo que definitivamente perdí mi diploma de la Facultad del Macho. -Billy Joe Cobra. Gran poeta. Mejor ligador.

-No me llames así -puchero sensualón-. Seguramente ese fue el puchero más sexy que has visto en tu vida, Baby.

-Por supuesto Billy, soy tan sádico que me encantan los pucheros -sarcástico- y si te pones a llorar... ¡OH DIOS, EL HECHO DE PENSARLO ME EXCITA! -dijo gritando.

- ¡Vamos! Mis pucheros no son tan malos... mira -*inserte imagen de puchero sensual*-.

-Pareces un gatito oliendo mierda de caballo. -ríe bajo.

- ¡Oye, tú! Eres muy cruel y grosero conmigo ¿sabías? -entrecierro los ojos. Spencer chasquea la lengua- ¿No pedirás disculpas?

-No-Ho, tú siempre eres la diva de la casa, es mi turno, de hecho... a mí me sale mejor ser malo y atrevido -sonríe. Pequeño descarado y sensual Spencer.

¡Ey ese es mi seme!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora