La abuela Alma estaba contenta, a oídos de Dolores le llegó la noticia de que una familia llegara pronto al pueblo de Encanto para convertirse en sus nuevos vecinos. Ellos ocuparían una de las tantas casas que Luisa construyó para el pueblo.
— ¡Oh, no puedo esperar a que lleguen!
— Calma Mirabel, ellos estarán en poco tiempo aquí —Dijo Alma con una sonrisa, según lo que escucho Dolores, la nueva familia llegarían por la noche.
— No entiendo el entusiasmo por unos desconocidos —Esta ves fue Camilo el que hablo
— Camilo.. —Hablo Pepa con voz amenazante.
— ¿Que? Solo decía..
— Solamente es para que se sientan bienvenidos, Camilo. Queremos que su estadía aquí sea lo más cómoda posible
Hablo Julieta, mientras terminaba de juntar algunos panes que acaba de cocinar, planeaba dárselos a la familia como un regalo de bienvenida.
— Lo que ustedes digan —Dijo Camilo después de un suspiro pesado.
— ¡Ya llegaron! —Grito Dolores, los había escuchado llegar.
— ¿y que estamos esperando? Hay que darles la bienvenida ¡andando!
Fue lo que dijo la abuela Alma antes de salir de casita, siendo ella la que lidera el camino hasta la casa de los nuevos.
No tardaron más de cinco minutos en llegar al hogar de los nuevos vecinos, encontrándose con un hombre y una mujer sacando cajas de una carreta para luego entrar a la casa y dejarlas.
La mujer, al percatarse de las nuevas caras frente a ella, dejó de hacer lo que hacía y con una sonrisa se paro en frente de los Madrigal.
— Hola, soy Patricia, el es mi marido, Marcelo —Dijo mientras le hacía señas al hombre para que se acercarse, quien a su ves hacia señas adentro de la casa — y este es mi hijo, Emiliano.
Camilo miró como un chico de más o menos su altura salia de la casa, algo interesante tenia que salir de esta situación y en definitiva, ese chico había llamado su atención.
Miró a los padres y luego al joven, era una buena combinación de los adultos, tenía el cabello negro levemente ondulado como su padre y compartía los ojos marrones y la mirada amable de la mujer.
Era lindo.
Pero eso no lo admitiría en voz alta.
El chico volteó a mirarlo, Camilo siente como si su respiración se detuviera por unos segundos, rápidamente aparta la mirada avergonzado de que lo atrapará mirándolo fijamente, seguramente le pareció un acosador. Su situación empeora cuando escucha la risa baja del contrario, estaba cien por ciento seguro de que sus mejillas estaban rojas.
Camilo no era un cobarde, siempre ha sido bastante bromista y descarado, pero ahora, no puede pensar en otra cosa que no sea correr hacia casita y no salir en los próximos días.
Respiro hondo y decidió concentrarse en la conversación de los adultos e ignorar al chico que ahora estaba hablando con Mirabel.
— Me gustaría invitarlos a almorzar con nosotros mañana, nos gustaría convivir más con nuestros nuevos vecinos
— Nos encantaría Alma, han sido tan amables con nosotros. Nos gustaría recompensarlo de alguna manera —Hablo Marcelo
— No es necesario. Con su presencia en el almuerzo es más que suficiente. —Hablo Pepa con una gran sonrisa— ¡Bien! No los molestamos más, el viaje seguramente fue bastante agotador, será mejor descansar
— Muchas gracias por todo, nos vemos mañana — y con una encantadora sonrisa, Patricia se encaminó hacia la puerta de su nueva casa.
— Adiós —Dijo Emiliano hacía Camilo con un movimiento de mano para después entrar en la casa junto a sus padres. Camilo se quedó helado sin saber como reaccionar.
Dolores, quien estuvo pendiente de toda la 'interacción', se encargo de burlarse de su hermanito en todo el camino hacia casita.
¿Que les pareció? Espero no haberlos decepcionado 😞
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❛𝗖𝗔𝗣𝗧𝗜𝗩𝗔𝗧𝗜𝗡𝗚❜ ── 𝗘𝗻𝗰𝗮𝗻𝘁𝗼
Fanfiction𝐂𝐀𝐌𝐈𝐋𝐎 𝐌𝐀𝐃𝐑𝐈𝐆𝐀𝐋 ── Dónde Camilo no puede dejar de pensar en el chico que se acaba de mudar al pueblo. ↳ Inicio: 26/12/21 ↳ Finalizado: -/-/- @ITSW00