Capítulo 4
LEVANTATE YA, no seas alguien débil, no vuelvas a caer en esa mierda, hazlo por tu mamá, pero mejor hazlo POR TI MISMA, para superarte y seguir adelante, tu puedes, repito, NO VUELVAS A CAER.
Luego de repetirme eso como unas mil veces, hasta que por fin me levante del suelo y seque todas mis lágrimas, me dije que no volvería a caer, no quiero volver a sufrir de la misma manera, es un infierno.
Me tuve que volver a arreglar, porque no iba a ir toda desmarañada al instituto, al menos ahí tenía que lucir bien, porque tampoco quiero que regresen las burlas y los malos tratos.
Ya estaba bajando las escaleras cuando mi madre me hablo:
-Hija, Dios santo, ¿Qué te paso? Tienes esos ojos azules tan lindos muy rojos.
-Nada mamá, solo dormí mal-mentí-.
-Está bien, ten; es un té relajante, se mira que lo necesitas.
Recibí el té y lo probé, estaba muy bueno, espero que me relaje.
-Mamá, este te está muy rico, ¿De qué es?
-Unas hierbas secretas hija, pero veras que te sienta bien, ven, siéntate y come, que te prepare panqueques, tus favoritos.
Panqueques, mmm... Mis favoritos, pero no, tengo que adelgazar, ¿pero uno no hará daño, ¿no?
-Gracias mamá, ahora me sirvo algo de tomar para poder comerlo bien.
Mi mamá me dijo que estaba bien y en lo que servía los panqueques, yo me serví mas de ese su te mágico que me relajo, quería más, quería estar relajada y dejar de sentir un momento.
Ya estaban servidos los panqueques y empecé a comer, tenia de tiempo de no disfrutar de alguna comida que me gustara, últimamente me mantenía a puras verduras y pescado-bueno, cuando comía-.
-Mamá, no sé qué tienen tus panqueques, pero están deliciosos, gracias.
-Es mi receta y, además, mi comida siempre está muy buena.
-Eso es cierto-sonreí-.
Mi mamá hacia una comida deliciosa, hasta lo más sencillo le salía delicioso y le salía tan rico que no te dabas cuenta de cuanto comías, hasta que el estómago te rugía, y eso me paso a mí.
Me comí 3 panqueques.
Al darme cuenta de todo lo que comí, me sentí la peor persona y rápido sentí el estómago inflado, me sentía redonda.
Necesito un baño.
NO, recuerda que la comida te da energía, te da fuerzas, p-pero te engorda, te hace subir de peso, te hace ver mal.
En esos momentos, ese era mi pensamiento, y sé que está mal, pero ahí estaba muy cegada por el odio y por el miedo.
...
Ya de camino al colegio, estuve apoyada en la ventana del coche con los brazos cruzados, viendo edificios pasar y pasar, hasta llegar al instituto.
-Gracias mamá por traerme, nos miramos en la tarde.
-Adiós Ele, nos miramos en la tarde, suerte.
Ele es un apodo que mis padres me pusieron de pequeña y otro apodo que me pusieron fue "Albondiguita", gran apoyo.
Bajé del coche y en la entrada me topé con Marcus.
-Hola ojitos de mar-me saluda Marcus-.
Rio por lo bajo al escuchar su apodo.
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Mi propia destrucción
Teen FictionSinopsis No me considero alguien 100% normal y sana, tengo muchas grietas sin sanar, estoy demasiado dolida conmigo mismo, porque a pesar de todo lo que hago sigo sin poder superar este dolor y odio conmigo misma, pero entra alguien en mi vida que...