Es año nuevo, y Sero comienza a comportarse muy raro con Bakugō desde antes que dieran las doce y estuvieran todos alcoholizados.
Sero, sin embargo, es el novio de Kirishima. Y «¿qué mierda le sucede a este?» que el rubio no comprende su forma coque...
¡Hola! Soy yo, Papá Bored, digo- Bored Santa trayéndole un regalito a __nakiri <33 Quería dárselo para Navidad, pero como ella estaba en exámenes decidí subirlo ahora pa que lea con más calma. ♡♡♡
Sobre el os: tienen 23 años y ya son pro hero's - quizás ooc.
Disfruten. 👀
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Son las once con cuarenta de un treinta y uno de diciembre tosco, y Bakugō, quien ha sido arrastrado a aquella reunión por Kirishima, ya se encuentra puteando a la existencia de absolutamente todos.
Es una obviedad decir que está molesto, aunque hace su mayor esfuerzo para que no se note, y con 'mayor esfuerzo' se refiere a simplemente empujar a la gente aglomerada a su alrededor. Indiferentes de él, en realidad.
Bakugō está de fiesta. Y digamos que no es fan de las fiestas, de cualquier tipo de evento social en general. Año nuevo no sería la excepción. Pero ha tratado, promete que sí, ser un buen amigo para Kirishima, Sero, Kaminari y Ashido.
(Y así es como le pagan, vaya.)
Insulta en sus adentros a varios desconocidos y extraña la soledad de la grandeza. Se encuentra en una lujosa edificación, compuesta por varios pisos, estando él y su squad arriba, casi en el último; en una habitación exclusiva para pasar la noche.
En tanto, una joda de gente joven y con dinero se despliega en el piso más bajo. Él no quería siquiera pisar ese lugar, pero es por Sero y Kirishima que tuvo que abandonar su cómoda posición en el sillón para navegar entre borrachos y luces estroboscópicas hasta dar con ellos.
Resulta que ese par de imbéciles han bajado a no sabe qué, pero sospecha que a por más alcohol, y no han vuelto pronto. Así que, muy amablemente, Ashido le ha pedido que vaya a buscar a sus amigos mientras ella acomoda todo para el brindis perfecto. Y él aceptó sin muchas vueltas, beber vino en ciertas cantidades lo hace más dócil también.
Volviendo al presente, a Bakugō le toma más de lo que le gustaría llegar a la barra. Es un logro, porque desde allí tiene una vista más panorámica de la gente bailando, y eso es lo que necesita.
Kirishima sería su salvación en este momento. Busca cualquier tipo de cabello largo, puntiagudo y rojo fosforito; incluso planea pararse en un taburete de ser necesario. Mas, por el contrario, es a otra persona a la que logra detectar. Alguien alto, vistiendo de camisa, y con exuberantes codos. No está lejos de él tampoco y es por eso que le ve.
—¡Eh, cara plana!
Sin embargo, hay suficiente ajetreo alrededor para que su grito sea un sonido más del montón, y es esto lo que pasa. El azabache no escucha y eso hace rabiar a Bakugō. Debe moverse, tocar el hombro del más alto para que este reaccione y le mire confundido.
—¡¡Te estoy hablando, codos raros!!
Sero levanta una ceja y se señala—¿Es a mí? —Lee en sus labios.
