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¿Qué le había hecho el idiota de Obito?
Era la pregunta que últimamente rondaba la cabeza del plateado. Cuestionando una y otra, y otra, y otra vez. Sin respuesta alguna, aunque dentro de sí sabía la respuesta; sin embargo, no quería aceptarla, ni iba a hacerlo.
Con recurrencia sucedía lo mismo: sus pómulos se calentaban, su rostro se teñía de un lindo color carmín hasta sus orejas, su corazón palpitaba con rigurosidad, acelerando su bombeo y sus pupilas se dilatan, sus orbes tenían un brillo en particular. ¿Qué causaba todo esto? O mejor dicho: ¿Quién?
Pues... Cierto Uchiha, azabache, que quería ser hokage y con una sonrisa tan encantadora que te podía flechar con que te la dedique solo a ti, una vez. Y eso era lo que había sucedido.
Obito Uchiha había vuelto un desastre total al sistema de su compañero, Hatake Kakashi.
Pequeñas salidas y detalles intencionados, camuflados con solo casualidad por su orgullo.
Como rosas rojas, cada mes, después del entrenamiento con Minato. Diciéndole excusas muy poco elaboradas para poder dar un porqué del presente.
Salidas recurrentes, con el Uchiha ofreciéndose a acompañarlo. Diciendo cosas como que ya era muy tarde o qué tenía que hacer algo, y que le salía más corto ir por el camino del Hatake.
Esas pequeñas cosas torpes, y pequeños detalles habían cautivado a Kakashi, haciendo que cada que Obito seguía con era torpe rutina solo lo hiciera poner nervioso, un total desastre era él cada que el Uchiha le brindaba una sonrisa. Desbaratándose de amor.
Todos esos sentimientos nuevos y que no quería aceptar lo hicieron pensar que tal vez cayó en algún tipo de genjutsu.
Pero, unos suaves labios chocaron torpemente contra los suyos, un toque muy inocente a decir verdad, y eso ya era suficientemente claro para él, no necesitaba palabras que le explicaran; sin embargo, el contrario quiso ser muy claro con sus intenciones: ──Me... Me gustas mucho, Kakashi ──expresó el de orbes carbón, estirando su brazo que sujetaba cuidadosamente una rosa, dándosela al plateado ──¿Quieres ser... quieres salir conmigo..? ──cuestionó, con un rostro sumamente avergonzado, abochornado e inseguro. Mil cosas pasaban por su cabeza: "¿Y si me rechaza?", "¿Y si me estoy sobrepasando?", "¿Y si malentendí todo?". Eran solo unas de tantas.
Al platinado le tembló la voz, se le quedaron las palabras atascadas en lo más profundo de su ser, ¿cómo podría dar una respuesta ante lo que acababa de proponerle su compañero? Y justo antes de que pudiera dar un respuesta concreta, el Uchiha lo interrumpió, añadiendo palabras:
──¿Mi esposo, quizás...?
El Uchiha iba a seguir diciendo palabras que lo iban a avergonzar, así que lo silenció. Besando suavemente la punta de la nariz de este, hasta llegar a sus labios y besarlos con suavidad y torpeza, torpeza tan característica de la edad.
──Acepto todo, 'Bito ──musitó al fin. Y el mayor le picaron sus ojos, sintiendo que iba a llorar de felicidad. Tanto esfuerzo había valido la pena.
Todo parecía un hermoso genjutsu, sin embargo...
No lo era.
Era una bella realidad que estaban dispuestos a vivirla para siempre.
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Ando publicando de nuevo los capítulos que me gustaban, solo dándole pequeñas correcciones en su narrativa y ortografía. Hola, de nuevo. ¿Qué tal todo? ¿Les gustaba este relato?
