UNO

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— Mi Channie

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— Mi Channie.

Dijo el alfa, mientras tocaba y dejaba besitos en la marquita en el cuellito de HaeChan.

La marquita estaba recién renovada, fresquita.

— ¡No me toques mi marquita!.

Dijo el omega, mientras se volteaba, dándole la espalda a Seo.

— Amor, no te enojes, perdón.

— ¡Me duele que me toques mi marquita! La haces muy fuerte, succionas mucho más de la cuenta ¡Te gusta verme sufrir y gritar de dolor!.

El pequeño omega hizo un pucherito y cerró sus ojitos.

— Ya perdón, no lo vuelvo a hacer.

SungChan acarició el abdomen descubierto de su pequeño omega, mientras esté se volteaba y levantaba una cejita.

— Siempre prometes lo mismo y nunca lo cumples.

El alfa sonrió y dejó un besito en el cachetito del castaño, mientras esté soltaba quejidos.

— SungChannie, no seas así, bebé.

El pelinegro dejó un besito en el cuellito
Del menor, mientras esté se retorcía en la cama.

— ¡Sunggie, deja de hacer eso!.

El menor soltó unas risitas y dejo otro besito en el cuellito del castaño, a lo que esté gimoteo y soltó un pequeño jadeo de su rojita boquita.

— ¡A-amor, basta! Ya hicimos lo que hicimos, no de nuevo, de aquí no creo que me pueda parar de la cama, fuiste muy duro, no doy para segundo round.

El pequeño omega soltó una risita, mientras se removia.

El alfa de cabello negro simplemente acarició la mejilita del omega castaño, mirando sus orbes color avellana.

— Lindo, Lindo.

El omega se removió y agarró su peluche, para recostarse.

— Dormir, Channie dormir.

El menor cerró sus ojitos y acurrucó su cuerpecito en las sábanas color beige.

— Channie, no te duermas.

El alfa destapó al omega, y apretó su cuerpecito contra el suyo.

Las mejillas del castaño más bajito, se tornaron de un color carmesí, y esté frunció el ceño.

— Sunggie, déjame dormir.

El pequeño hizo un puchero, muy adorable.

— Todavía no hemos cenado, no voy a dejar que te duermas sin comer algo, levántate.

— Ya cenamos~.

SungChan levantó una ceja, mientras acariciaba la pancita del castaño.

— ¿Cómo Channie? No hemos cenado aún.

El omega simplemnente mordió sus labios y dió una sonrisita, mientras el alfa sonreía y asentía.

— Pero igual, debenmos cenar.

— Dormir.

El alfa asintió, y apegó su rostro al cuellito del omega, aspirando su fuerte olor a coco.

— Sunggie, quiero dormir.

El omega se removió, separándose del alfa y acurrucándose.

— Pero Channie~ me gusta tu olor.

— Pero no me dejas dormir amor.

HaeChan se acurrucó contra el pecho de su alfa, mientras esté acariciaba su espalda y dejaba un besito en su cabellera castaña, mientras el omega aspiraba el olor a cafeína y licor del pelinegro.

HaeChan se acurrucó contra el pecho de su alfa, mientras esté acariciaba su espalda y dejaba un besito en su cabellera castaña, mientras el omega aspiraba el olor a cafeína y licor del pelinegro

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¡No Sunggie! » 2ChanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora