Sólo un trago

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Aclaración: Nada bueno puede venir de una segunda parte de esta historia, en serio son masoquistas XD, pero ya que mucha gente lo pidió ahí va.

Advertencia: asesinatos, abusos, groserías, angst, temas sensibles, etc.



Eran Vísperas de Navidad. La nieve llenaba las calles y el frío causaba suspiros como nubes de vapor. Los niños reían mientras aprendían a patinar en las populares pistas de hielo y las parejas iban acarameladas de la mano, compartiendo románticos paseos.

El ambiente daba un giro de ciento ochenta grados, mostrando el otro lado de una moneda, al fondo de unas escaleras oscuras.

La música era intensa pero baja, como si la canción de turno susurrara en el oído de los clientes. Había una afelpada alfombra que creaba una acústica perfecta, acompañada de la única decoración que rememoraba a las fiestas de fin de año, con brillantes luces que parpadeaban y se intercalaban de verde, blanco y rojo en determinados rincones. Había un espeso humo flotando cerca del techo, lo que recordaría a esponjosas nubes de no ser por su fétido aroma y su tono grisáceo. Este ambiente asemejaba un casino más que un bar. Allí era sencillo apreciar los rasgos y accesorios de una persona, pero no los detalles como el color de cabello, piel, ropa, etc.

El bar llamado Underground era lo más lejano al espíritu navideño, con apuestas de grandes sumas de dinero, los y las omega casi desnudas sentadas en las faldas de viejos alfas y el sentimiento de pecado en cada rincón al que se mirara. Visitado por niños ricos, turistas forrados en billetes y políticos que asombrarían a más de uno en caso de verlos en estas circunstancias.

Este rincón oculto en la ciudad de Shangai era la razón por la que Kouki estaba ahora sentado en un alto taburete, bebiendo un trago a paso lento pero sin detenimiento. Estaba sonando Make you mine de Public cuando un tipo al otro lado de la barra revolvió su trago con un largo dedo fino, pareció no importarle chocarlo unas cuantas veces contra los cubos de hielo, o que su distraído movimiento no llegaba a revolver el fondo del vaso. Sus ojos rasgados estaban fijos en el esbelto cuello del castaño, cuyo cabello hoy se encontraba teñido de negro y sus puntas rozaban la suave piel descubierta.

Kouki giró el rostro a otro lado, ignorando ampliamente los lentos movimientos del tipo de ojos rasgados, cuyas obvias intenciones harían sonrojar a más de un omega. Pero su desinterés no evitó que el tipo le enviara un trago idéntico al que acababa de terminar, por medio el barman.

-De parte del caballero.

Kouki miró el vaso frente a él como si estuviera lleno de arsénico- Devuélvelo.

El pobre barman no tuvo más remedio que hacer lo que le dijeron, manteniendo la cabeza baja mientras el tipo de ojos rasgados parecía enrojecer de rabia, era difícil saberlo con el constante cambio de luces. De pronto se puso de pie con brusquedad, chocó a una omega y por poco la tiró al piso, pero en cuanto se detuvo junto al taburete del ahora pelinegro, mostró su más gentil sonrisa.

-Te he estado observando.. tan solo en una noche tan fría, ¿por qué habría un lindo omega como tú en un lugar como este?

Kouki encogió sus hombros con tanta fuerza que casi temblaron, a lo lejos parecía sollozar, pero quien estuviera cerca vería que en sus ojos brillaba una rabia fría como el veneno de una serpiente.

-Piérdete.-El tipo sufrió un tic en el párpado y entonces rodeó sus temblorosos hombros con un pesado brazo, sacudiéndolo de lado a lado mientras susurraba en su oído.

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