Prólogo: Hora de un despertar

27 1 1
                                    

Nota del Autor: El prólogo terminó siendo más largo de lo que tenía planeado originalmente, creo porqué me emocioné de más. Pongo este aviso por si acaso.


XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX

Frío.


Era lo único que Daniel Crasnager podía sentir ahora mismo. Un frío característico de una madrugada gélida. El joven estaba en su cama, con su cabeza recostada sobre la almohada, y mirando hacia el techo...su habitación estaba a oscuras, pero sus ojos ya estaban un poco adaptados a esta misma, por lo que podía identificar alguna que otra vaga figura. Su habitación era "normal", una cama estándar--estando esta misma junta a una pared--para una persona con una sabana demasiado delgada para su gusto, una mesa de noche al lado contrario de la pared, pero apegada a la cama, la cual tenía un reloj digital y una lámpara con forma cónica.

 Aunque no le molestaba tanto el frío, este mismo se había convertido en su enemigo debido a que él había agarrado un resfriado ayer y le era muy difícil, casi imposible, lograr el conciliar el sueño, se despertaba por varias decenas de minutos e intentaba dormir otra vez, una o dos horas antes de despertarse otra vez, era algo que le molestaba mucho, y no podía darse el lujo de pedir algún tipo de medicina, ya que las Sirens han estado presionando mucho en las cercanías de la base, y todo suministro médico era enviado a los puertos o navíos cercanos, vaya mierda, ¿no? . Volviendo con Daniel, este intentaba cerrar sus ojos para conciliar el sueño, pero por durante los 20 minutos que intentó, no pudo hacerlo.


Ya rindiéndose ante el resfriado, el joven decide alistarse para la hora de despertar...miraba su reloj digital, eran las 4:21 de la mañana...casi una hora antes de que los oficiales y suboficiales de la base empezaran a hacer levantarse a los cadetes y pasar revista. Sin mucho ánimo debido a la debilidad corporal que le producía el resfriado, abriría la puerta del baño para luego proceder a entrar, y cerrar esta misma. Encendería la luz de este mismo, una acción rechazada por sus ojos debido a que estos se habían acostumbrado a la oscuridad, con tal de evitar un poco la molestia del cambio súbito en la iluminación del baño, Daniel cubriría un poco sus ojos con su mano, estando esta misma a unos 5-8 centímetros de su cara. Le tomaría solo unos segundos acomodarse a la luz, por lo que bajaría su mano después de que pasara dicho tiempo.


Daniel se miraría en el espejo. Tenía una camisilla con mangas completamente blanca. Observaba sus ojos verdes, los cuales debajo tenían unas notables ojeras, producto de su incapacidad para dormir debido al resfriado. Su pelo corto castaño estaba desorganizado, al haber cambiado demasiadas veces su posición de dormir mientras buscaba una forma en la cual poder dormir sin que le molestara tanto el resfriado. Este bajaría a la cabeza y giraría la llave que dejaba salir agua fría, para luego juntar sus manos debajo del chorro suave de agua y mojarlas, para así proceder a echarse agua a si mismo en la cara, despertándose un poco.

"Vamos, vamos." Esas dos palabras serían dichas por Daniel, intentando seguir adelante. Era molesto tener que aguantarse la debilidad corporal del resfriado, pero prefería tener estar despierto a las 4 de la mañana, que tener que limpiar las habitaciones de los demás cadetes como castigo por no presentarse a la hora del chequeo rutinario. Tras eso, Daniel se quitaría su ropa para adentrarse a la bañera y girar la llave de agua fría a la izquierda...


--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------


A 47 kilómetros de la Costa Oeste de Estados Unidos/Unión Águila

Flotilla de Pruebas X-5, al mando de la Siren Observer, rumbo hacia Los Ángeles

Azur Lane: Fuegos de LiberaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora