#3 (Una chica extraña.)

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Se levantó con el más esplendoroso animo del sol el cual brotaba en el rostro de Ril en cuanto se levantó de su cama. Abrió la puerta de su casa contemplando hermoso y espectacular paisaje, suspiro calmada y bajo directo a la cocina en donde obviamente no encontró a su padre, Kakashi Hatake; Una persona humilde, trabajador y retirado como guardia y actualmente profesor de escuela.

Ver el sol salir era una completa satisfacción para Ril, los rayos del sol se reflejan en el mojado césped, tomo un pan de dulce y lo llevo a su boca dispuesta a irse a la biblioteca a devolver un libro que había pedido prestado. Abrió la puerta de su casa y camino fuera de esta a mirar el reloj y ver cómo mostró las ocho de la mañana, Ril comenzó a dirigirse al pueblo. Se encamino por la calle principal contemplando el fresco ambiente de la mañana.

Ahi está el panadero y su rutina, el mismo sale a vender.— _____ se acercó a el para tomar uno de sus panes y dejar el dinero sobre la charola.—Las mañanas son así, no a cambiado nada aquí, es mi vida aburrida y es así.

Cantar en las mañanas era imposible, el ambiente era tan animado y sereno que solo le causaba una enorme tranquilidad, pero a la vez solo le causada aburrimiento.

—Buenos días, señora Ino.— Saludo ella al recién llegar a la florería Yamanaka.

—Hola Ril-chan, ¿Vas a querer las mismas?— Adivino dejando en el posteador el pedido de rosas que siempre pedía todos los días Ril.

—Claro ¿Cómo lo supo?— Ella saco un par de monedas para dejarlas en el mostrador y tomar las rosas en sus manos.

—Es costumbre de ti pedir lo mismo cada lunes.— La mirada de Ino se enfocó en el libro que lleva Ril consigo.—¿Acaso vas a entregar un libro?

—Sip, es de dos amantes de la Bella venosa.—Le responde Ril sonriendo amablemente.—Es una hermosa historia con un final encantador.

—Suena interesante, tal vez un día me animé a leerlo.

—No se arrepentiría.

La Hatake soltó una risa antes de retirarse guardando el libro en la pequeña bolsa que tenía en su cintura y encaminará. Ino era la única persona que no veía con indiferenciado a la chica pues cada que le comentaba sobre sus lecturas a una otra persona solo recibía caras raras de los aldeanos, al menos había alguien en el pueblo que la aceptaba.

Miren a esa chica tan extraña.— Cantaron lo niños del colegio recién entrando a su aula.

Es distraída ¿no lo creen?— El profesor le continuo, dando una mirada excluida.

Camino con más prisa y con ganas de llegar a la biblioteca de su antiguo compañero de clases, Oliver; bibliotecario y dueño de ahí mismo, aunque los dos no se hablaran del mucho en la escuela tenían una buena relación de amigos, quería tomar un gran libro e imaginar más allá con el.

—Es una chica muy extraña, pero espectacularmente bella.

Aquellos murmullos siempre lograba oírlos a cada mañana y salida, no era nada nuevo simplemente le molestaba oírlos solo por ser diferente a ellos, leer y hacer las cosas por su cuenta en lugar de tomar la opinión de un hombre, ¿que tenía de malo? así Ril es feliz. Finalmente llegó a la capilla en donde no tardó ni un minuto en entrar.

—Oh vaya. Pero si es nuestro único conejillo de biblioteca.— Menciono el bibliotecario en cuanto vio entrar a Ril.—¿Algo nuevo sucedió en la semana?

—Nada nuevo, simplemente ayude a mi padre con el estudio de algunos niños de su clase.— Ella camino por hasta el estante de libros en donde suspiro al leer los mismos libros.

𝗕𝗘𝗔𝗨𝗧𝗬 𝗔𝗡𝗗 𝗧𝗛𝗘 𝗕𝗘𝗔𝗦𝗧 |Kawaki.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora