O2. . . Changbin no haría eso.

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La tarde corrió con rapidez, como si estuviera emocionada porque la noche finalmente llegara. Felix dijo que cocinaría, ya que era su casa quería hacerlo él mismo. Cuando habló, el novio de su amigo mayor se ofreció inmediatamente a ayudarlo y junto a él, su propia amiga. Por más que quiso negarse, ninguno le hizo caso y tercamente lo siguieron hacia la cocina.

Los restantes en la sala dirigieron rápidamente su mirada hacia el más bajito de los varones, quien alzó una ceja ante la repentina atención que recibió.

— Entonces, ¿desde hace cuanto tienes novio, Dwaekki? —comenzó Minho, acomodando sus cabellos luego de haber estado acostado sobre la alfombra. Changbin odiaba aquél apodo, pero estaba acostumbrado a él.

— Dentro de poco cumpliremos 10 meses —respondió como si fuera nada.

— ¿Y lo dices así? —pronunció Yuqi ofendida ante la indiferencia de su amigo—. Son 10 meses, Changbin. Y nunca nos mencionaste nada sobre él, ¿cómo es eso posible? —reclamó.

En el grupo de amigos, Yuqi era quién más comprendía y desentendía a Changbin. Podía tener en cuenta qué era lo que su amigo sería capaz de hacer y lo que no, sabía perfectamente como reaccionaría a ciertas situaciones y a veces lograba mantenerlo lejos de incomodidades. Pero aún así, ella cuestionaba cada una de sus actitudes que mostraban insensibilidad, diciendo que debería comenzar a ser un poco más sensible, solo un poco para no dañar a nadie. Entendía la personalidad del mayor, pero no justificaba sus actitudes con aquello.

— Es mi vida privada, ¿cuándo alguna vez hablé sobre si alguien me gustaba? —emitió, con esa impasibilidad que Yuqi a veces no toleraba—. No mencioné nada porque no era necesario, incluso no creo necesario haberlo traído hasta aquí, pero él realmente quería conocerlos. Sólo lo traje para hacerlo feliz —la rubia iba a quejarse, pero tuvo en cuenta sus últimas palabras.

Pronunció "para hacerlo feliz", y no "para que dejara de molestar", como seguramente diría ante cualquier situación. Su amigo realmente tenía pocos pelos en su lengua, diría la realidad sin problema alguno y no le molestaría admitir que realizó algo solo para que dejaran de estorbarle. Y escuchar de Changbin que buscaba la felicidad de alguien más, sí era impresionante. Changbin no lo admitiría, ni siquiera por ellos.

— ¿Realmente nunca ibas a hablarnos de él o presentárnoslo? —cuestionó luego, a lo que Changbin negó. La rubia estaba perdiendo la paciencia.

— Ya te dije, no lo considero necesario. Es mi novio, mío, no de ustedes. No encontré necesidad de comentarlo. ¿Puedes comprender eso? Pareces ser la única que lo cuestiona —soltó ya con cierta molestia, no le gustaba sentirse reprochado por algo que se le hacía totalmente absurdo—. ¿Acaso nada te satisface? Traje a mi novio, te mostré una parte de lo que cuido, mantente feliz con eso y no hagas arrepentirme de haberlo traído.

Yuqi cerró su boca, sintiéndose apenada. Su amigo había tomado la importante decisión de llevarlo y a pesar de no ser porque ellos habían deseado, lo hizo. Se los presentó sin ningún problema y ella sólo se quejó de haberlo hecho tarde. Se sintió fatal.

— Bien, tienes razón. Lo siento, Changbin —se disculpó luego, dejando un ambiente tenso en la sala. Nadie se animó a hablar luego de aquello, no tenían palabras para emitir.

La incomodidad que no era conocida por ellos reinó en sala hasta que una cabellera roja se asomó por el umbral de la cocina. Los miró con sus labios levemente abultados, haciéndolo lucir como un patito, en su rostro se notaba la pequeña confusión. Un sonrojo casi llegó a sus mejillas al notar la mirada del grupo en él.

— Felix cree que es mucho silencio... —emitió, parando su mirada sobre su novio, sus ojos eran un lugar seguro para él—. ¿Está todo bien?

— Claro que lo está —dijo Minho, levantándose para dirigirse hacia él, bajo la ininteligible mirada de Changbin—. Es más, quedamos en silencio debido a que hablábamos de ti —comentó, haciendo que Seungmin se sorprendiera.

El novio de ChangbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora