2da Parte: "El niño de los dulces, descubre el auténtico color rojo".

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—¡Daozhang! ¿¡Podemos ir a conseguir más dulces!? —menciona el joven Xue Yang

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—¡Daozhang! ¿¡Podemos ir a conseguir más dulces!? —menciona el joven Xue Yang.

Habían pasado 6 años desde que Xiao XingChen había decidido salvar al pequeño Yang. Ambos pasaban juntos y consiguieron hacerse de pequeños trabajos para poder sobrevivir juntos.

Como no solían quedarse en un solo lugar, habían conocido varias sectas para ese entonces. Aunque él y A-Yang habían decidido ser cultivadores fuera de un clan. Simplemente errantes que daban de un lugar a otro.

Y eso les hacía felices, no necesitaban nada más. Estaban practicando en medio del bosque su cultivo, no esperaban que alguien con rostro neutral, pero por dentro asombrado por la táctica de esos dos. Les estuviera viendo escondido detrás de uno de los árboles.

—A-Yang, primero debes comer y ya luego comer dulces —le reprende el mayor, que aún seguía usando túnicas blancas.

Mientras que Xue Yang usaba unas negras con algunos toques rojos en las ropas.

—No Daozhang, tú me obligas a comer verduras. Yo las odio, no son ricas como los dulces —expresa el adolescente algo divertido.

—A-Yang, las verduras y la comida sana ayudan a nuestro físico. Tener una buena dieta es esencial para ser unos fuertes cultivadores, ¿no lo crees? —expresa con una sonrisa dulce.

Xue Yang tenía ganas de sonrojarse, cada vez que Xiao XingChen le dedicaba una sonrisa como esa.

Aunque todo se fue a la mierda, literalmente. El sonido de una pisada rompiendo las hojas secas del bosque, se había escuchado. Ambos lo escucharon claramente, pero no veían a alguien.

Como siempre, la impulsividad de Xue Yang era algo que destacaba.

—¿Quién está allí? ¡Que salga! —estaba por caminar hacia el lugar, pero Xiao le detiene algo preocupado.

—Espera aquí… —susurra el mayor.

Xiao XingChen era el único con una espada actualmente. Xue Yang todavía no tenía la edad para recibir una, según Xiao XingChen.

Aunque a él le reclamó tener a Shuanghua desde que le conoció.
Xiao XingChen se acerca con cuidado entre los árboles, hasta que siente que alguien sale y le apunta del cuello con su espada.

El otro era un joven, de vestimentas completamente negras. 

Había alzado sus brazos como respuesta a que se rendía.

—Lo siento, no quería asustarles —responde el de vestimentas negras.

—¿Asustarnos? Ja, no serías capaz de asustar a Daozhang ni aunque quisieras —responde alardeando Xue Yang, acercándose a ellos—. No te confíes Daozhang, ni sabemos porque estaba espiando —le refuta.

—¿Qué hacías escondido allí atrás? —responde Xiao con calma, aún sin dejar se apuntar.

—Veía como practicaban su cultivo. Yo también soy un discípulo —responde el joven de vestimentas negras, de la misma forma calmada y neutral.

Rojo auténtico [XiaoXue OneShot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora