–¡Daila, Daila! –Escuché como me gritaban y zarandeaban y me desperté.
Vi la inconfundible figura de Draco Malfoy, pero detrás de él, habían otras dos.
–Mierda, Draco, me he quedado dormida, joder... –Dije mientras me levantaba torpemente.
–Me he dado cuenta. Dale las gracias a los Riddle, ellos me avisaron de que estabas aquí. –Me dijo mientras me ayudaba a levantarme.
–Gracias –Les dije a los dos, que estaban detrás de Draco.
Sin decir nada asintieron con la cabeza. Seguidamente se dieron la vuelta y se fueron.
–Bueno pequeña, yo me voy, ya sabes, cualquier cosa, me avisas. –Se despidió para después irse.
Me acomodé la ropa, revisé de tenerlo todo y bajé del tren.
(...)
Estaba esperando a que dijeran mi nombre para entrar, realmente no tenía mucha hambre, así que no pretendía quedarme mucho más.
– ¡Démosle la bienvenida a Daila Black! –Se escuchó a Dumbledore.
Entré con cara de pocos amigos, todos murmuraban y yo, odio eso.
¿Acaso querían que yo también me pusiese a hablar y crear rumores?
Supongo que no, si no, eran masoquistas.
–Siéntese en la silla para que el Sombrero Seleccionador anuncie su casa. –Me informó la profesora McGonagall.
Subí decidida y me senté.
–Debido a tus cualidades, la casa que más te identifica es... –Hubo un momento de silencio, era tanta la tensión de aquel antro, que se podía cortar con un cuchillo. –¡Slytherin! –Anunció finalmente el sombrero.
Todos los de Slytherin aplaudían con ganas, mientras que las otras casas, lo hacía más bien por compromiso.
Fui a la mesa de Slytherin, me acerqué a Malfoy, le robé una manzana, la mordí, le guiñé el ojo y salí del Gran Comedor.
Al salir y cerrar las puertas sonreí al saber que ya estaba en Hogwarts, por Merlín, era real.
Al cerrar las puertas no se escuchaba ni un solo ruido proveniente del Gran Comedor.
Era de noche y solo se escuchaban a las criaturas y sus cantos.
Paseé durante un rato por el castillo, para familiarizarme y tener un sitio al que ir mañana.
Voy hacia la Sala Común de Slytherin para ir a mi habitación.
Cuando abro la puerta veo a algunos alumnos sentados en los sofás de esta.
Uno de ellos es Draco, que al escuchar la puerta se gira y al verme se apresura a decirme, –Daila, oye, siéntate un rato con nosotros, así te los presento.
–No Draco, estoy cansada, quizás mañana ¿vale? –No estaba del todo cansada, pero no me apetecía nada estar allí.
–No te vas a escapar, por lo menos tienes que conocerlos. –Me dice.
–Draco, no. Mañana, hoy estoy muy cansada. –Le respondo muy seria para que entendiese que de verdad no quería.
–Vale señorita, mañana sin falta, descansa. –Se levanta a darme un beso en la frente.
–Hasta mañana.
Subí las escaleras con todas las miradas puestas en mí. Cuando llegué a la habitación, abrí la puerta, me quité la túnica y me dejé caer en la cama.
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Nota de la autora: ¡¡Feliz año nuevo a todos!! No os olvidéis de votar <3
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Lo que nunca te diría [Mattheo Riddle]
FanfictionDaila Black es una mortífaga muy solitaria pero que le gusta mucho jugar con fuego. Esta vez, se encontrará con un pirómano de apellido Riddle, que le hará estallar el volcán más grande e inimaginable que Daila haya experimentado jamás.