Sería más fácil

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Se besaron durante un rato. Ninguno quería parar, pero luego de unos minutos se separaron.

Naruto camino a sentarse en su silla y le hizo una seña a ella de que fuese a sentarse en sus piernas. Sakura le hizo caso.

Quedo sentada en las piernas del Hokage y abrazo su cuerpo contra el de él. Puso sus dos manos en el pecho de Naruto, quien le acariciaba la cara con una mano y tenía la otra en la espalda de ella.

Se quedaron callados durante un rato. Hasta que Sakura se sobresaltó.

- ¿La puerta tiene pestillo, cierto?

- Claro -se rio él-. ¿Te imaginas el escandalo si nos encontrarán así?

- Sería un gran escandalo -Sakura puso cara de preocupación-.

- No tienes que preocuparte de nada -le dijo él con voz suave y le dio un corto beso en la boca-.

- Estoy engañando a mi marido... Mi amigo está engañando a su esposa... Ni siquiera sabemos porque lo hacemos.

- Yo lo hago porque te quiero.

- Naruto, yo -Sakura quiso detener lo que su amigo fuera a decir, pero él siguió hablando-.

- Te quiero, Sakura. Te deseo... Quiero tenerte en mis brazos, quiero abrazarte y quiero besarte. Tenerte aquí en mis brazos se siente mejor que cualquier otra cosa.

Ella lo miraba seriamente y unas lágrimas empezaron a salir de sus ojos.

- Yo también te quiero -el corazón de Naruto se hinchó de felicidad al escuchar esas palabras-. Te quiero porque eres lindo y fuerte y bondadoso. Y eres bueno conmigo y con mi hija. Deseo estar así contigo... Pero no puedo... Soy casada... Y tú también.

- Puedo dejar a mi esposa, y tú puedes dejar a tú marido.

- Sarada jamás me lo perdonaría, y tus hijos tampoco a ti.

Naruto quedo serio, también pensaba que eso era verdad, pero no lo sabía con certeza, tendría que probarlo. Aunque pensó en eso nada de esa conversación lograba distraerlo de que ella le había dicho que lo quería. Y que estaba sentada en sus piernas mientras lo abrazaba. Comenzó a besarla tímidamente y ella le correspondió el beso.

Al cabo de un rato ella le dijo que tenía que volver al trabajo. Él la abrazo fuerte y le dijo al oído.

- No quiero que te vayas. Quédate aquí. Quédate aquí por siempre -no sabía que lo hacia decir esas cosas. Pero tener a esa mujer en sus brazos le había generado una sensación de paz y felicidad desconocidas para él. Todo se sentía perfecto con ella en sus piernas-.

- Tengo un trabajo -le dijo ella riéndose. Luego se puso más seria-. Y también tengo una casa y una familia.

- Deja a Sasuke.

- Naruto...

- Yo seré bueno para ti. Y ya quiero mucho a Sarada y ella a mí.

- No puedo dejarlo -hizo una pausa y luego dijo como para sí misma-. Las cosas serían más fáciles si él no estuviera aquí.

- Puedo matarlo.

Sakura lo miró sorprendida con los ojos muy abiertos y Naruto se sobresaltó al notar lo que había dicho.

- Lo siento... Yo...

- Tú simplemente quieres estar conmigo -le dijo ella y le beso suavemente la boca-.

- Si. Sólo es eso.

La miró. Estaba perdidamente enamorado de ella. Llevaba años reprimiendo esos sentimientos pero ahora que la tenía en sus brazos no era capaz de hacerlo más.

- Si tú me lo pidieras. Yo lo haría -dijo Naruto serio-. Yo haría cualquier cosa.

- Jamás te pediría que mates a Sasuke -dijo ella también seria-.

- Bueno, si lo aceptaras. Yo lo haría.

- ¿Y qué pasaría entonces? -pregunto ella curiosa-.

- Yo empezaría a quedarme en tú casa. Le diría a todos que es porque estoy preocupado de Sarada y de ti, pero en realidad no sería por eso -se dedicaron una sonrisa cómplice-. Al cabo de un tiempo breve le pediría el divorcio a Hinata y tú y yo viviríamos juntos.

- ¿Y no la besarías más? -Sakura nunca lo había dicho en voz alta, pero sentía celos de Hinata desde que ella se caso con Naruto. Sentía celos de que ella tuviese al buen marido y al buen padre. De que ella tuviese al bueno y bondadoso. De que ella tuviera al hombre que siempre amo a Sakura. El hombre que le correspondía. El hombre que le pertenecía-.

Naruto miró divertido la cara de celos de Sakura.

- Nunca más. Sólo a ti.

- ¿Y los niños? -Sakura no quería reconocerse que lo estaba pensando pero ese plan sonaba bien. Era una mejor vida que la que tenía. Pero no podía dejar de pensar en su hija. La amaba más que a cualquier cosa en el mundo-.

- Hinata se llevaría a Boruto y Himawari. Yo los visitaría mucho pero no tengo esperanzas de que sigan viviendo conmigo. Kawaki querría quedarse y yo se lo permitiría.

- ¿Y mi niña?

Naruto la miró sorprendido.

- Viviría con nosotros. Pensé que era obvio. Nosotros seríamos su familia.

Sakura llevo su cara al cuello de Naruto, esos planes de futuro le gustaban y le dijo al oído:

- Es un buen plan.

- Lo es -dijo él seguro-. Pero no es una decisión fácil. Debes pensarlo bien.

Sakura no quería reconocerse a sí misma que lo estaba pensando, pero lo hacía.

Había dejado de amar a Sasuke hace muchos años, más precisamente cuando él dejo de visitarlas. No podía entender que no se preocupara de ella ni de su hija. Se había llenado de resentimiento contra ese hombre que una vez amo y que ahora vivía en la luna siempre preocupado de cualquier cosa.

Pero no sabía que sentía respecto a Naruto.

Sabía sentada en sus brazos que estaba más cómoda y segura de lo que había estado nunca. Sabía que era él un mejor padre para su hija de lo que Sasuke jamás sería. Sabía que se sentía atraída por él. Era guapo, fuerte y bondadoso. ¿Pero lo amaba?

Nunca le resultó fácil verlo casado con Hinata. Nunca le gustó ver como la besaba. Siempre sintió que había algo mal, que debería besarla a ella. Que debió haber intentado conquistarla a ella.

Pero había guardado esos sentimientos en una caja en un lugar muy recóndito de su corazón. Habían sido solo amigos durante años, aun cuando a veces quería más de él, más preocupación, más cariño, más contacto. Eso hasta ayer, hasta el cumpleaños de Sarada, cuando no aguanto más y lo beso. Desde eso se sentía mejor de lo que se hubiese sentido nunca.

Empezó a darle besos en el cuello mientras él la acariciaba y se dio cuenta que estaba loca por él. Más loca de lo que jamás hubiese estado por nadie. A Sasuke lo amó desde que era sólo una niña, pero Naruto era su amor de adulta, su amor de mujer. 

Siguieron callados haciéndose cariño por un rato hasta que ella habló.

- ¿Sería nuestro secreto por siempre?

- Por siempre.

- Hazlo -le dijo suavemente al oído-.

Naruto sintió una punzada fuerte en su corazón. Era el deseo de su alma, la mujer que siempre había amado finalmente estaría con él. Pero para eso debía matar a su mejor amigo, al hombre que consideraba su hermano.

Era la única solución. Por mucho que Sakura ya no lo amase, jamás lo dejaría por voluntad propia. No lo haría por su hija y también por el amor que le tuvo desde niña.

Naruto le dio a Sakura un beso en la frente y le dijo:

- Lo haré, y desde aquí estaremos juntos.

Ella lo beso en la boca y le dijo:

- Por siempre -y le sonrío-.


El amor de mi vida #narutoxsakura #narusakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora