"¿Es seguro? ¿Es seguro ser sólo quienes somos?"
(Love Song, Lana Del Rey)🌼
Se despertó por unos sonidos irregulares en su cocina, no tardó en darse cuenta de qué sucedía y bajó a paso lento. La madrugada se había aposentado ya con su frío, oscuro y tenebroso reino.
En frente del refrigerador e iluminado por la luz de éste, se encontraba sentado el omega chupándose los dedos, tan concentrado se hallaba que no se dio cuenta de una presencia ajena. Christopher carraspeó para llamar su atención.
—¡Ah!—Tembló en su lugar, dándose cuenta al instante de la escena que había armado. Se paró en un movimiento brusco y cerró el refrigerador con un portazo.—Perdóneme, yo tenía hambre y, y...—La mirada indiferente que recibía enmudeció su excusa.—No volverá a pasar.
—Agradezco que no me hayas despertado, Minho.—Concedió.—Aunque la próxima vez deberías ser menos ruidoso, porque al final si que lograste despertarme.—Se acercó a la cocina y prendió las luces.—¿Tienes todavía hambre?
El menor estaba dispuesto a negarse, pero la vergüenza que sentía en ese momento lo hubiera obligado incluso a besarle los píes por disposición propia.
—No mucha...—Comentó rascando su brazo.
—Estás muy delgado, necesitamos llevarte a una revisión con el médico pronto. Los bebés necesitan buena alimentación.—Fue todo lo que dijo antes de sacar un par de tostadas para calentar. El omega se sentó a regañadientes en el banco de la isla, y no pudo evitar la pequeña mueca de disgusto al ver la tetera prendida.
Tenía una horrible sed y ansiaba cosas frías, era la razón por la que había estado expuesto al refrigerador en primer lugar.
—¿No te gustan las tostadas?—Preguntó Christopher al verle tan desanimado.
—Sí me gustan.—Afirmó y nadie dijo nada más. Cuando el chillido de la tetera resonó, el alfa fue a por dos tazas y sirvió la primera.—Ehh, no. Yo estoy bien así, gracias.
No quería desperdiciar alimento, estaba en contra de eso después de todos los días en los que fue rascando en su cocina por alimento. Pero ahora el agua hirviente le crearía gárgaras.
—¿Algo de tomar?—Pero Minho negó con la cabeza, ya bastante apenado. El mayor se desplazó hasta su refrigerador y sacó la leche, la vertió sobre la taza y la empujo hacia el omega. Las tostadas estaban cubiertas con mermelada de duraznos y pequeñas rebenadas de plátano, y una vez se las dio caminó de regreso a su habitación.—Trata de descansar, mañana arreglaremos muchas cosas.
Minho tomó la leche sintiendo el líquido enfríar su garganta.
🌼
Un remolque había llegado horas más tarde en la mañana, era un grande camion que maniobraba para meter las pertenencias del dueño de la casa. Aparatos deportivos, podadoras descompuestas, mesas y sillas de jardín descompuestas y utensilios de jardinería. La cabaña había sido un depósito personal para el alfa.
Minho se había despertado alrededor de las nueve en punto, desconcertado por la ausencia del hombre en su propia casa, a pesar de haberlo llamado repetidamente. Se asomó por la ventana asustado de que pudiera haberle encerrado en la casa, detestaba la idea del alfa siendo un psicópata que lo había atraído hasta su hogar para matarlo y descuartizarlo. Estaba dispuesto a encontrar una salida cuando la puerta se abrió alterándolo aún más.
El hombre vestía unos ajustados vaqueros con una camisa fajada, sus mangas dobladas hasta sus codos y gotas de sudor resbalaban por su rostro. Minho se estremeció.
ESTÁS LEYENDO
𝗸𝗲𝗿𝗼𝘀𝗲𝗻𝗲 › chanho ᜵ bangho
Random𝗮𝗱𝗮𝗽𝘁𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 ꒰🌼꒱ Christopher es un huraño y terco alfa solitario que vive a las afueras de la ciudad como encargado de un viñedo turístico. A su edad, él ya no mantiene ningún sueño enfrascado porque todos éstos se han roto a lo largo de...