AU Multishipper

𝘼𝙐 𝙎𝙥𝙞𝙙𝙚𝙮𝙥𝙤𝙤𝙡

𝙎𝙥𝙞𝙙𝙚𝙮𝙥𝙤𝙤𝙡

Un año transcurrió desde la última vez que se vieron, para Wade no había sido fácil alejarse de Peter, él fue lo mejor que le pudo haber pasado en toda su jodida vida, fue de esos deseos que sólo se cumplen una vez en la vida.

El día en que decidió ponerle fin a su historia, se comportó como un imbécil. Esa fue la manera más fácil que encontró para romperle el corazón.

Pero a pesar de que intentó olvidarlo le fue imposible y cuando se enteró de la noticia de que Spiderman estaba gravemente herido no lo soporto más. Tenía que verlo. Si algo le pasaba nunca se lo perdonaría.

Comenzó a investigar hasta dar con el hospital. No podía solo presentarse allí, los padres de Peter lo matarían antes de poder decir una palabra. Sin embargo, no podía alejarse, no ahora.

Trató de ser paciente, pero las horas pasaban una tras otra y la enfermera que sobornó aún no le daba noticias. Comenzaba a desesperarse y todas las cosas que se habían dicho esa vez llegaron a su mente como un remolino.

—¡Fuera de aquí! — gritó el castaño.

—Peter, debemos hablarlo. — intentó negociar su pareja.

—¡La quiero fuera de mi casa!

Y es que no era para menos, esa noche el castaño había encontrado a su novio y a Vanessa besándose. En un principio no quería creerlo, pero estaban frente a él. Fue como recibir un puñetazo en la cara.

Vanessa tomó su bolso y salió sin decir una palabra.

Peter se giró a ver al mayor —¿Por qué? — preguntó con dolor.

De todas las cosas que pudieron a ver pasado, Peter le preguntó el porqué.

Y Wade no podía responderle. ¿Qué le diría?

—Lo siento.

"Lo hice para alejarte de mí"

—¿Lo sientes? No pregunté eso, quiero saber porque decidiste traicionarme.

"Tengo cáncer y no puedo arrastrarte conmigo"

—¡Quiero una familia! Y tú no puedes darme eso — soltó sin más.

La mirada de Peter se oscureció, le dio en dónde más le dolía.

—Y-yo no...— las palabras se quedaron en su garganta.

—Tus padres jamás aprobaron esto—caminó por la habitación— solo me has traído problemas.

Se quedó observando como su pareja guardaba sus cosas en una maleta.

¿Debía detenerlo? ¿Golpearlo? ¿Llorar?

Nada de eso aminoraría su dolor, Wade ya tenía claro que Peter sólo fue un tropiezo en su vida y Peter lo amaba con todo su ser, pero nunca le rogaría que se quedara.

—¡Entonces vete y jamás regreses! —gritó.

Wade se mordió la lengua, no podía detenerse. No podía condenarlo a pasar toda la mierda que se avecinaba.

—No pienso regresar— dijo cerrando la maleta— pero alégrate, volverás a tu jodida vida de lujos.

Peter se quedó callado, si decía algo más lloraría y no iba a darle el gusto de verlo derrumbarse.

El rubio cargó la maleta —Hasta nunca Peter— fue lo último que dijo antes de salir por la puerta.

Después de que lo vio marcharse, el castaño sintió que le faltaba el aire, se desplomó en el suelo y comenzó a llorar y gritar.