Como Agua para Chocolate - Adaptación Yoonmin (Omegaverse)

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Eunji dejo de lado la cuchara de madera y tapó la olla de fideos que se estaba cocinando, se quitó el mandil y corrió a la huerta a ayudar a JiMin en su búsqueda de lombrices. De un momento a otro llegaría a la cocina Park ShinHye a supervisar la elaboración del kimchi y la preparación del agua para su baño y estaban bastante atrasados en ambas cosas. El motivo era que JiMin, desde que YoonGi, Chaeyoung y el bebé se habían ido a vivir a La Capital del Sur, había perdido todo interés en la vida, exceptuando el que le despertaba un indefenso pichón al que alimentaba con lombrices. De ahí en fuera, la casa podría caerse en mil pedazos, la guerra podría dar inicio o caerle encima un árbol, a él ya no le importaba.

Eunji no quería ni imaginar lo que pasaría si Park ShinHye se enteraba que JiMin no quería participar en la elaboración del kimchi. Habían decidido prepararlo por ser uno de los mejores recursos para utilizar en la cocina de una manera económica y que les aseguraba un buen alimento por mucho tiempo, sin peligro de que se descompusiera. También habían dispuesto la carne de un cerdo para elaborar una gran cantidad de cecina, panceta, jamón y manteca. Tenían que sacarle el mejor provecho posible a este cerdo, uno de los pocos animales sobrevivientes de la visita que miembros del ejército revolucionario de Corea* les habían hecho unos días antes.

La lucha entre japoneses y coreanos se había intensificado desde hace unos días las balaceras eran el pan de cada día, y ese día en el que llegaron los rebeldes coreanos sólo estaban en el rancho Park ShinHye, JiMin, Eunji y dos peones alfas: Eunwoo y Boogum. SeungCheol, el primero al mando, aún no regresaba con el ganado que por imperiosa necesidad había ido a comprar, pues ante la escasez de alimentos habían tenido que ir matando a los animales con que contaban y era preciso reponerlos. Se había llevado con él a dos de los trabajadores de más confianza para que lo ayudaran. Había dejado a su hijo Chan al cuidado del rancho, pero Park ShinHye lo había relevado del cargo, tomando ella el mando en su lugar, para que Chan pudiera irse a La capital del Sur, en busca de noticias sobre Min YoonGi y su familia. Temían que algo malo les hubiera pasado, ante su falta de comunicación desde su partida.

Eunwoo llegó a galope a informar que una tropa se acercaba a la hacienda. Inmediatamente Park ShinHye tomó su escopeta y mientras la limpiaba pensó en esconder de la voracidad y el deseo de estos hombres los objetos más valiosos que poseía. Las referencias que le habían dado de los revolucionarios no eran nada buenas, claro que tampoco eran nada confiables pues provenían del padre Kim y del Presidente Municipal de Piedras Negras. Por ellos tenía conocimiento de cómo entraban a las casas, cómo arrasaban con todo y cómo violaban a las muchachas u omegas que encontraban en su camino. Así pues, ordenó a JiMin, Eunji y el cerdo que permanecieran escondidos en el sótano.

Cuando los revolucionarios llegaron, encontraron a Park ShinHye en la entrada de la casa. Bajo las enaguas escondía su escopeta; a su lado estaban Eunwoo y Boogum. Su mirada se encontró con la del capitán que venía al mando pudo percibir el olor a menta y tierra mojada de aquel alfa y éste supo inmediatamente, por la dureza de la mirada en la omega, que estaban ante una mujer de cuidado.

—Buenas tardes, señora, ¿es usted la dueña de esta hacienda?— pregunto el alfa pelinegro
—Así es. ¿Qué es lo que quieren?—
—Venimos a pedirle, por las buenas, su cooperación para la causa—
—Y yo, por las buenas, les digo que se lleven lo que quieran de las provisiones que encuentren en el granero y los corrales. Pero eso sí, las que tengo dentro de mi casa no las tocan, ¿entendido? Ésas son para mi causa particular—

El capitán, bromeando, se le cuadró y le respondió con burla:
—Entendido, mi general—
A todos los soldados les cayó en gracia el chiste, y lo festejaron, pero el capitán se dio cuenta de que con Park ShinHye no valían las chanzas, ella hablaba en serio, muy en serio.