Hola

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Este es el primer capítulo que tiene relación con los personajes de ¡Cásate conmigo!

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Allan disfrutaba con las sensuales mujeres en medio de la pista, ambas estaban preciosas y dispuestas a cumplir una de sus fantasías, después de más bailoteo y alcohol decidieron ir a un lugar más privado.

Entraron a la lujosa casa y fueron directo a la habitación principal.

A la mañana siguiente July y Alice estaban en la cocina esperando que el percolador terminara de chorrear el café, mientras veía la escena del crimen de su hermano en el pasillo continuo a la cocina, y a la puerta principal, y así se puede seguir hablando del resto de la casa.

- ¡Es un cerdo, pervertido, inmaduro...!

- ¿Nunca has querido un trío? - Preguntó Alice incrédula.

- No en la casa de mis papá.

- July, ve a leer la biblia. - Dijo Alicia a su gemela.

- ¿Por qué tan cristianas? - Preguntó el padre de las chicas antes de abrazarles y besar sus cabezas.

- Hola nenas. - Gritó su madre.

-Mamá, ¡Que hermosos tacones!, -Dijo Alice con el propósito de distraerle. - Se te ven las piernas espectaculares.

- Lo mismo le he dicho yo. - Confesó su padre.

- Sí ¿Qué te hiciste en el cabello? - La mujer vio a sus hijas de pies a cabeza.

- ¿Salieron ayer?

- Sí. - Después de la respuesta de sus hijas observó el suelo y en él una prenda femenina que no pertenecía a ninguna de las féminas de la casa.

-¿Y Al?

- No sé. -Mintió July con cara de arrepentimiento a su explosiva madre.

- Copa C. - Dijo al agacharse. - y copa B. - Sus hijas se miraron entre sí. - ¡ALLAN IGNACIO PIETH! - gritó furiosa, antes de caminar en dirección a la habitación de su hijo menor.

La mujer abrió todas las habitaciones hasta llegar a la suya.

- QUIERO QUE SE VAYAN ESTAS PUTAS DE MI CASA. - Gritó.

Allan observó a su madre y movió a las chicas para despertarlas, la pelinegra y la castaña se movieron incómodas e intentaron cubrir su desnudez de la rubia en el umbral de la puerta.

- Hey, ya se tienen que ir. - Se metió en el baño y ellas bajo la dura mirada de la dueña de la casa que las escoltó hasta la puerta salieron.

James, Jules y Alice se miraban en silencio en espera del causante de semejante tensión, ellas sabían que al ser el menor no pasaría de una fuerte y estruendosas regañiza por parte de su madre.

- Lo siento, pero los quiero a todos fuera, tú y tu hermano -Negó con la cabeza - es demasiado.

- Mamá yo... - Intentó defenderse Alice

- Nena, lo siento. - Dijo Emma. - Les puedo pagar un apartamento para los tres, pero no podemos vivir todos aquí, no va a suceder. - Espetó molesta. - ¡¡No más!!

- Bye. - Dijo con tranquilidad Allan.

- Allan, llévate tus cosas, no te quiero aquí. - El hombre observó a su madre. - Mamá, tengo que trabajar, en la noche vengo por las cosas.

- Allan, no va a bajarse el enojo de tu madre, -Intervino el padre de os jóvenes quien también estaba molesto pero sus hijos por alguna razón respetaban más a su madre. - Has lo que se te pide.

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