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     —Bueno, ¿estás listo para hacer esto? — Mark miró a su amigo, observando a Jackson cuidadosamente para comprobar su estado de ánimo. Desde que habían salido del campus, Jackson había estado callado y ensimismado, haciendo que Mark se preocupara de si iba a cambiar de opinión sobre ir a la fiesta en el último momento.

—Sí, supongo. — Jackson suspiró y se pasó una mano por el pelo. —Será mejor acabar con esto de una vez por todas. —

— ¿Acabar de una vez por todas? ¿De qué estás hablando? Nosotros vamos a soltar una bomba. ¿Por qué si no elegirían el Redil de Toro para celebrarlo? Ya sabes qué clase de sitio salvaje es éste. — Mark hizo un gesto al bar deportivo de la universidad en el que aún no habían entrado. Tiras de luces de un verde chile y oro, los colores oficiales de la universidad, se entrecruzaban en el techo y por los sonidos que flotaban en la noche cálida, la fiesta ya había empezado.

—Sí, todo es muy salvaje. — Jackson sonaba completamente sin entusiasmo. — Y va a ser mucho más salvaje cuando Jeong le cuente al resto del equipo lo que vio en el sitio web, si es que no lo ha dicho ya. —

—Oh, la mayoría de los chicos ya saben que Jeong está lleno de mierda —, dijo Mark con más valentía de la que sentía. —No te preocupes, tío. Vamos, sólo tratemos de divertirnos en nuestra última noche. —

—Claro, seguro. —Jackson asintió con la cabeza, pero parecía que iba ir a un funeral en vez de una fiesta.

Mark frunció el ceño. —Oye, ¿Te importaría decirme qué te pasa? El Jackson que yo conocía amaba este tipo de cosas, ¿o es que sólo era una parte de aparentar que eras hetero? —

Jackson frunció el ceño. —Eso no era parte de una actuación, Mark. Me gustan las fiestas. Simplemente no me gusta parecer un pendejo constantemente. —

—Oh, sí, Entonces. ¿Por qué lo hacías todo el tiempo? — Mark exigió —Podías vaciar un barril de media libra en nada de tiempo, te he visto hacerlo. —

— ¡Siempre estaba borracho en las fiestas para poder dejar de pensar en golpear a la chica con la que estuvieras ¿de acuerdo?! — ladró Jackson —Eso me volvía loco, pensar que estabas con alguien más, besando a alguien más , follando con alguien más. ¡Maldita sea ...! — Mark lo miró. — ¿Por qué estás aquí conmigo, después de todo? Debiste traerte una cita, alguna rubia caliente para demostrar que no eres nada gay y que los comentarios absurdos de Jeong no te importan cuando él abra la boca. —

—Yo traje a mi cita. — Mark agarró su mano y entrelazó sus dedos con firmeza. —Tú. ¿Vas a venir conmigo o no? —

—Estás bromeando ¿verdad? — Jackson miró sus dedos entrelazados dubitativo —Quiero decir que no hay manera de que entremos al Redil de Toro, así.

—Seguro como el infierno que lo haremos—, Mark levantó la barbilla. — Si ésta es la única manera de demostrarte que estoy hablando en serio sobre nosotros, de demostrarte lo que te decía mientras.... hacíamos el amor, entonces esto es lo que voy a hacer. —

—Mark ... — Jackson lo miró seriamente. —No tienes que hacerlo. De verdad que no. —

—Pero quiero hacerlo. Vamos. — Mark cuadró sus hombros y tiró de su mejor amigo y amante hacia el ruidoso bar de deportes.

El interior estaba lleno de estudiantes bebiendo tragos y comiendo las calientes alitas de pollo por veinte centavos que eran la especialidad típica de los viernes por la noche. Algo fuerte resonaba en los altavoces y los televisores pantalla plana cubrían cada centímetro cuadrado de las paredes, transmitiendo eventos deportivos.

SB - MarksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora