parte única.

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lights are on,
but nobody's home.






































— ¡Ya estoy en casa!— Exclamó Venti tras abrir la puerta, cerrándola al instante. El silencio lo arropó con tristeza y le dio una bienvenida a su hogar.

Dejando escapar un suspiro, el joven deshizo sus dos típicas trenzas mientras observaba al espejo. Bajo sus ojos descansaban unas ojeras que cada día eran más notables, lo que empezaba a frustrarle. A Xiao no le gustaba verlas, pues era una señal de que su amado no estaba descansando correctamente y él quería lo mejor para Venti.

— Me gustaría poder descansar tan bien como antes. Aunque bueno, Klee tampoco es que nos dejara descansar mucho.— Comentó con cierta tristeza, dejando escapar una risa al recordar las risas de su hija mientras les mostraba con orgullo la obra de arte con la que había cubierto las blancas paredes de su hogar.

Por más que la castigaran, la chiquilla siempre volvía a hacerlo. En cierto momento, ambos comenzaron a sospechar los motivos tras sus trastadas: ella se divertía al momento de volver a pintar la pared de blanco. Los tres solían sentarse en el suelo y empezaban a pintar, acabando manchados con esa misma pintura mientras reían y bromeaban. Muchas veces habían pintado un bigote blanco en el rostro de la pequeña, quien luego luchaba por intentar quitarlo pero no era capaz.

Muchas veces Xiao acababa con alguna obscenidad que luego era cubierta por más pintura, aunque aprovechaba para vengarse de su esposo pintando algo nuevo en su cara.

— Será mejor que me dé una ducha. Ya estoy divagando de nuevo.— Dejó su mochila en el suelo y se dirigió a su habitación para tomar su pijama. Era más tarde de lo que había planeado, Aether y Lumine realmente amaban llevarlo a distintos sitios para que pasara el día y se entretuviera un poco, teniendo en mente la idea de ayudarlo a despejarse un poco, sobre todo después de un pesado día de trabajo en el que lo único que hacía era sumergirse por completo en el arte de sus alumnos, empatizando (muchas veces sorprendiéndose) con ellos mediante sus obras.— Vaya esa manía mía... Es horrible.— Suspiró.

El sonido del agua saliendo a presión lo envolvió durante el tiempo que estuvo resonando en el baño. Cuando terminó, permaneció en silencio durante algunos minutos, con una toalla cubriendo su cuerpo y protegiéndolo del frío.

Sus ojos se paseaban por aquella desolada habitación de su casa. Pese a ser invierno, había dejado la puerta abierta, dejando paso al caliente aire que los calefactores encendidos le proporcionaban.

Una pequeña melodía resonaba en su mente. Escuchaba a la perfección la voz de su esposo tarareándola mientras lo cuidaba cuando estaba enfermo.— Era una canción hermosa.— Murmuró, colocando la toalla donde se encontraba anteriormente, dejando al descubierto su cuerpo desnudo lleno de cicatrices. Pero aquello que más llamaba la atención era aquel tatuaje que hizo en honor a la pequeña familia que había formado junto al amor de su vida.— Aunque no recuerdo su nombre. Y eso que solía ser su favorita.— Un suspiro escapó de sus labios. Tomó su ropa rápidamente y ocultó aquel cuerpo que en un pasado fue su vergüenza, pero que gracias a Xiao se había convertido en un orgullo.

Sin nada más que hacer, se dirigió a su habitación, dejando la luz del pasillo encendida. Estando allí se sentó en su cama, apoyándose sobre el respaldo, quedándose embobado con esa foto que tanto amaba.

lights are on  ⎯ xiaoven.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora