Crónicas de un cielo estrellado

La tormenta que quebrantó el cielo

Oh, miseria.
Todos quieren ser mis enemigos.
Ahórrate la simpatía.
Preocúpate por ti mismo.
Enemy - Imagine Dragons

Pareja - XiCheng., 

Con el nacimiento del dios de la guerra, Sandu Shengshou, el dios de la paz, Zewu-jun, pudo sostener su dominio sobre el mundo terrenal por un corto periodo de tiempo. Teniendo la edad suficiente para dirigirse por sí mismo, Jiang WanYin, el hijo del dios del océano y la diosa del trueno, descendió a la Tierra para sembrar el caos. Cuando los mortales descubrieron el inmenso poder de los ejércitos, las naciones comenzaron a enfrentarse entre sí. Fueron años prósperos para Sandu Shengshou y otros dioses tales como el gran Patriarca Yiling, dios de la muerte, Xue Yang, el dios de la venganza y Nie HuaiSang, dios de la sabiduría y estrategia.

Pero en determinado momento, el gran Emperador del reino celestial, Jin GuangShan, consideró las peticiones de Zewu-jun y otros dioses que atendían diariamente las plegarias de los humanos debido a la gran mortandad que asolaba el mundo y entonces envió a su hijo, Lianfang-zun, dios de la mensajería y la astucia, para anunciarle a Jiang WanYin que su tiempo en la Tierra había llegado a su fin y debía retornar al reino celestial. 

Fue durante un banquete en la Torre Koi, palacio principal sobre las nubes, que Jiang Cheng hizo su aparición. Traía su armadura de oro sobre túnicas púrpuras con el emblema de las serpientes en honor a su título, y su espada Sandu ceñida al costado. Olvidó completamente quitarse el yelmo que cubría gran porción de su rostro, fueron tantos años participando en guerras que acabó considerando su armadura una parte de sí mismo. Pero, en el instante que se encontró cara a cara en el gran salón de la Peonia con su hermana, YanLi, diosa de las estaciones, Jiang Cheng recobró la totalidad de sus sentidos nublados debido a la ira desatada en sus batallas y liberó aquellos sentimientos dormidos tales como la felicidad. Se quitó el pesado yelmo permitiendo que una cabellera azabache se derramara sobre su espalda y sonrió en dirección a la diosa deslumbrante que sostenía entre sus brazos a su pequeño hijo, Jin Ling, dios de la prosperidad.

—Bienvenido, A-Cheng —Ella murmuró con dulzura y contentamiento—. Gracias por estar aquí.

Jiang Cheng negó con la cabeza, incluso sin la orden de Jin GuangShan, él habría abandonado cualquier contienda con tal de asistir a la celebración del nacimiento de su sobrino. —¿El imbécil de Jin ZiXuan te ha tratado bien? —Su semblante adoptó una mueca de disgusto luego de pronunciar el nombre del dios de la vanidad. Quién podría creer que un ser amante de sí mismo quitase la mirada de su propio reflejo para adorar a alguien más. Lo peor de todo, es que entre tantas diosas y dioses, ese pavo real posó sus cochinos ojos en su hermana mayor.

Quiso añadir más veneno a su comentario pero una presencia oscura cayó sobre él haciéndole tropezar. Luego vinieron las risotadas acompañadas de un abrazo de oso que tentó la poca paciencia del dios de la guerra. Jiang Cheng estuvo a punto de desenvainar su espada para cortar el cuello del molesto dios pero solo sería una pérdida de energía. —¡SHIDI!

—WEI. WU. XIAN —Bramó sacudiéndose para librarse del molesto parásito. Pero el dios de la muerte rió aún más fuerte escalando a su hermano como un koala justo en el momento que otros dioses comenzaron a llenar el salón. 

Divisó a sus padres, quienes le brindaron un frío asentimiento con la cabeza. Jiang Cheng no les dio importancia, creció y se ganó el respeto de los mortales, posee un gran número de fieles seguidores, muchos templos construidos en su nombre y muchas imágenes repartidas en ciudades de renombre. Sabe que Jiang FengMian está molesto con él desde que las batallas entre naciones se extendieron a los mares y que su madre desprecia su don puesto que, entre más guerras haya, más muertos enviará al abismo y más poder obtendrá Wei WuXian. Pero a Jiang Cheng no le genera más que orgullo, todos esos muertos están allí gracias a él.