-.Na Jaemin.-

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La luz del día se asomaba por el gran ventanal de la habitación de Jeno, provocando que abriera los ojos ante la molestosa luminosidad que estropeaba sus sueños, un día más se presentaba sin nada que emocionara al joven príncipe, aún así debía cumplir con sus obligaciones a pesar de no tener ganas para ello.

-Prínicipe, es hora de despertar.- Anunciaba el siempre fiel aliado y mejor amigo de Jeno detrás de la puerta, Haechan, quien desde la niñez había permanecido a su lado como consejero real, se habían hecho grandes amigos desde entonces pero a veces Jeno lo veía insoportable, era muy insistente en la coronación, a penas quedaban dos meses para esta y todos en el castillos parecían nerviosos y ansiosos, para él todavía era una cuestión para la que faltaban varias semanas y no le daba tal importancia, de todas formas ese mismo día tendría que casarse con alguien que ni siquiera conocía y ese no era el problema que odiaba.

Khodor era un reino creyente en las profecías antiguas, en concreto aquella que explicaba como reinaría el caos si el hijo de los reyes no se casaba a una temprana edad con el príncipe del reino vecino, siempre le había parecido absurdo pensar en ese tipo de cosas pues un casamiento no evitaría cualquier problema que se les presentara, le molestaba ser obligado a casarse con alguien a quien no amaba para mantener "la paz", no estaba acostumbrado a recibir órdenes por parte de nadie pero no era ningún crío, cumpliría 23 pronto y después de todo tenía que aceptar la voluntad de sus padres.

Pero este día nadie le aviso que algo nuevo para él aparecería en su interior.

<Jeno>

-Ya estoy despierto.- Dije antes de levantarme de la cama con desgana, Haechan entraba a la habitación haciendo una reverencia, a pesar de nuestra cercana amistad, los modales hacia mí nunca faltaron, con calma se acercó al gran armario que contenía la lujosa ropa que solía vestir cada día, preparando el atuendo de hoy.

-Debe estar listo para la despedida de sus padres, recuerde que hoy viajarán hasta Coria unas semanas, desde hoy deberá ocuparse de otros asuntos reales pero no sé preocupe, le ayudaré a familiarizarse con ellos.-

No pude evitar soltar un gran suspiro al escucharlo mientras comenzaba a vestirme, acababa de despertar y más noticias que no me agradaban aparecían, cuando mis padres se iban tenía que atender muchas visitas al palacio y casi ninguna era de mi agrado, me encantaba ayudar a las personas pertenecientes a mi reino pero muchas abusaban de esa amabilidad pidiendo demasiadas cosas, nadie pasaba hambre y rara vez había peleas, se podía decir que vivía en un lugar perfecto aunque no podía evitar sentirme vacío de vez en cuando, irónico cuando lo tenía todo a la palma de mi mano cuando lo quisiera.

Estuve listo en pocos minutos con ayuda, según me había comentado faltaba poco para que marcharan, acomode mi cabello para colocar aquella corona hecha a medida sobre mi cabeza, debía llevarla durante todo el día a menos que nadie me viera, era una norma un tanto estúpida ya que todos sabían quien era yo. Salimos de mi habitación para bajar hasta el gran portón que era la entrada al castillo, donde mis padres ya estaban listos para partir en el carruaje, al verme inmediatamente me hicieron una señal para que me acercara.

-¿Durmió bien mi princesito?- Preguntaba mi madre cada mañana que me veía despertar, el apodo no era muy de mi gusto mas sabía que a ella le encantaba y no iba a tener queja alguna.

-Claro que sí madre, bajaba para desearos un viaje cómodo y sin problemas.- 

-Cuida bien de nuestra gente mientras no estamos, volveremos a tiempo para la coronación y para entonces espero que ya estés listo, serás todo un rey.- Ahí estaba mi padre, siempre tenía un tono firme y serio, observé a mi madre pasar el brazo alrededor del suyo mientras ambos ahora me veían a mí, conocía esa mirada y era por ver que ya había crecido, suspiré con una suave sonrisa y me acerqué para tener un bonito abrazo en familia. Más tarde, finalmente se fueron.

Las mañanas eran totalmente ajetreadas para el personal que cuidaba que todo estuviera en orden por la zona, yo disfrutaba saliendo a los grandes jardines, eran muy hermosos con flores de distintos colores decorándolo y múltiples setos en diferentes formas, me gustaban las variedades. La diferencia de esto cuando mis padres se iban era que tenía que permanecer en la sala del trono por las mañanas para aquellas visitas que antes mencione y ahí me encontraba ahora, sentado en el trono de mi padre con mi codo apoyado sobre el brazo de esté y mi cabeza sobre mi mano, no era la mejor postura para una primera impresión pero de todos modos no había nadie más por aquí.

Hasta que la puerta fue abierta, obligándome a llevar mi atención hasta ella.

¿Qué estaban viendo mis ojos?

Un chico de cabello negro era guiado hasta a mí por Haechan, juraba que si hubiera visto un rostro tan hermoso por éstas tierras lo recordaría al detalle, no era de por aquí.

Desde aquel momento quedé absolutamente fascinado con la belleza que poseía, tenía unas facciones únicas y unos ojos que resaltaban por encima de lo demás, junto con unos labios color rosado que parecían muy suaves y delicados, cuanto más se aproximaba, más detalles podía apreciar, si no fuera por sus prendas un tanto básicas, optaría por que era de la realeza, ¿el chico con el que debía casarme? Seguro que no era una opción, entonces, ¿de quién se trataba?

Se detuvo centímetros frente al trono y se arrodilló apoyándose en la pierna que tenía en un ángulo de 90 grados con la cabeza gacha, tenía buenos modales y para nada parecía un simple plebeyo, estaba intrigado por sus palabras, por saber como sonaba su voz, por saber que lo traía por aquí, por favor, habla.

-Príncipe Lee, tengo el honor de entregarle esta carta por parte de Huang Renjun, su futuro esposo.-

Un mensajero.

-¿A quién le debo el gusto?-

Déjame saber tu nombre.

-Mi nombre es Na Jaemin, mi príncipe...- Levantó la cabeza hacía mí y su mirada cruzó la mía, haciendo mi corazón saltar por unos segundos, poseía una tierna pero profunda mirada, sus ojos color marrón me cautivaron al completo pero a pesar de mi asombro mi expresión facial no se vio afectada, justo como mis padres me habían enseñado para ser un rey respetable, mantenía mis labios rectos y los ojos neutros, sin dejar ver lo que pensaba a través de ellos. Me levanté de mi asiento para acercarme y así extender mi mano hacía él esperando por lo que quería darme, algo dentro de mí me llamaba. Lentamente sus manos buscaron una carta en su bolsillo y me la entregó con ambas de ellas, dejando su mirada caer de nuevo al suelo.

Me acerqué hasta Haechan y le entregue ésta para que la guardara en mi lugar, ya tendría tiempo de leerla más tarde, volví a mi posición frente a él para estar seguro de que lo que había pensado seguía allí, mi mano derecha fue hacía su mentón para que mis dedos lo levantaran con suavidad y volviera a mirarme. Estaba claro. Algo me dice que tenía que ser mío.

Podía notar una mirada extrañada por parte de quien nos acompañaba en la sala, no obstante estaba intentando descifrar lo que tenía en mente el chico frente a mí, mi acción parecía haberle confundido pues su ceño se frunció levemente pero automáticamente volvió una expresión normal, ahora parecía avergonzado por aquel acto lo que me hizo soltar una pequeña risa.

-Príncipe... Debe recibir más visitas, es hora de que se vaya.- La voz de mi consejero me sacó de mis pensamientos y lo miré con una de mis cejas levantadas, yo era quien decidía cuando alguien marchaba o entraba así que me negué rotundamente a sus palabras, no lo iba a dejar escapar tan rápido. -Pero príncipe...-

-Dije que no.- Volví a remarcarle por si no le había quedado claro, dirigiendo mi atención de nuevo donde quería. -Jaemin... ¿Cierto? Debes estar cansado de tantas horas de viaje, puedes quedarte aquí a descasar todo lo que necesites.-

Pareció muy sorprendido ante mi propuesta, nadie esperaría poder quedarse en el castillo real de un reino al que no pertenecías pero su sorpresa en concreto me pareció adorable.

-Es muy amable por su parte ofrecerme esa oportunidad pero me temo qu-

-Insisto.-

Sus labios se sellaron y su mirada se perdió en el suelo, estaba en sus manos pero desde luego, no iba a aceptar un "no" por respuesta.

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⏰ Última actualización: Jan 08, 2022 ⏰

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