PROLONGÓ

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"Un secreto vergonzoso"
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Bajo la encantadora luz de la Luna
Otra noche sin dormir
Bajo la luz de la Luna
Jugando al escondite
Sigilosamente me acerco a tu corazón

Me acerco más a ti
antes de que lo sepas
No conoces la impureza
Tus ojos lucen como diamantes
Son más hermosos que
cualquier otra joya
Me dejan muy fascinado
Ya no puedo dejar de mirarte, ya no

Incluso si las manecillas del reloj
Se detienen, sigue brillando.
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Apenas sus compañeros se fueron, Jungkook subió corriendo a su habitación. Eran muy escasos los momentos en los que estaba solo, tenía suerte si podía hacerse un espacio una vez a la semana, ya que el trabajo absorbía la mayor parte de sus días y ya ni hablar de las giras, dado la cantidad de viajes dónde sus momentos de ansiedad aumentaban, así que estaba decidido y aprovecharía la ausencia para poder descansar de sí mismo. Entró a su habitación y abrió la puerta del armario, miró tras de sí antes de entrar, y tomando la pequeña llave que colgaba en su cuello, abrió la puerta escondida hacía su lugar seguro.

El lugar, era una recamara diminuta, un que ni siquiera los chicos conocían. Se supone una especie de habitación del pánico, pero para Jungkook fue como el cielo.

Se había esmerado en la decoración, le tomo meses poder concluir lo que tanto había soñado. Las paredes tenían un azul muy bonito, con estrellas de colores pastel y tenía dibujitos de BT21, fue muy complicado poder adaptarla, pese a que solo había una cama enorme con montones de peluches y una cajonera dónde guardaba la ropa que utilizaba para estás ocasiones.

Con un suspiro de alivio, cerró la puerta tras de sí y comenzó a desnudarse.
Aún se sentía muy tímido, le resultaba vergonzoso, pero era necesario para su estabilidad emocional. Saco de las cajoneras un pañal y pijama favorito, hizo una nota mental de hacer comparas, porque apenas le quedaban cuatro cambios. Miró la habitación realmente sintiéndose un poco culpable de esta faceta suya, pero estando lo suficientemente acostumbrado como para dejarlo estar y simplemente colocarse la ropa.

El pañal siempre era lo más difícil, nunca era capaz de colocarlo adecuadamente, pero una vez vestido, se sintió más cómodo.

Había sido un proceso muy largo darse el permiso de hacer todo esto. Cualquiera que le mirará le señalaría como un ratito sin pensarlo dos veces. Incluso su madre se molestaba cuando llegaba a comportarse de un modo infantil. Aún siendo pequeño, su educación fue severa. No era que sus padres fueran malos ni mucho menos, nunca recibió un golpe, pero su madre y su abuela no soportaban ningún tipo de berrinche, tampoco comportamientos tontos. Dejaban que mirará caricaturas, pero solo podía elegir dos programas por semana .

En verdad imagino que convertirse en Idol sería todo un descanso de su casa y su familia, pero se encontró siendo el más joven del grupo y las exigencias, ensayos y trabajo, tampoco le daban tiempo de disfrutar, y de pronto ya era famoso, un hombre de vestidos años que miraba hacia atrás y se preguntaba si realmente había tenido una infancia.

Era muy alto, por exigencias del medio en el que estaba y para verse más maduro, hacía gran cantidad de ejercicio. Tenía el porte y perfíl de un hombre ya formado, pero cuando se miraba al espejo, seguía buscando al niño que deseaba ser.

Fue en un tour, después de un concierto realmente cansado, dónde su mente lo llevo al límite, que Kookie apareció por primera vez. Estaba encerrado en su habitación, lo cual había sido toda una suerte, porque comenzó a comportarse realmente como un bebé, jugando con todo lo que tenía a su alcance, gateando por toda la habitación en busca de alguien que lo mimara. Llorando porque estaba solo y terminando con un accidente bastante vergonzoso dónde se había orinando encima y manchado la alfombra dónde se quedó dormido.

Recordaba aún cuan vergonzoso resultó encargarse de su desastre. Lavando como pudo su ropa con shampoo en el baño, porque resultaba humillante mandar esa ropa a una lavandería. Además de que limpiar la alfombra no fue fácil.

Creyó que todo terminaría ahí pero no fue así en lo absoluto. Los episodios ocurrían en los momentos menos esperados y había tenido que aprender a luchar contra su mente para mantenerse siendo el mismo. Y lo había conseguido, había dado un orden a su vida, pero había una condición, y es que si el no dejaba salir a Kookie el tiempo suficiente para que estuviera tranquilo, este intentaría salir sin importar en dónde o con quién se encontraba.

Cerró sus ojos y permitió que ese lado suyo saliera, después de tanto tiempo reprimiendolo, Kookie sonrió y se subió a la cama, gateando hasta sus peluches. Amaba tanto jugar con ellos, amaba tanto ser un bebé.

Solo que en ese momento y de forma inesperada, la puerta de su habitación se abrió y un chico pelinegro invadió su lugar privado. El mayor pareció bastante desconcertado, como si la escena frente a él fuera una alucinación. Kookie gateó y se acercó al hombre antes de extender sus manos, buscando mimos. Nunca había nadie en ese lugar quién le diera cariñitos, Jungkook nunca lo permitió.

-- ¡Jin! ¿Dónde estás? ¿Encontraste tu chamarra? ¡Jin!...-- gritaba Taehyung, pero Jin lo ignoró, saliendo un momento para cerrar la puerta del armario y posteriormente la puertita de la habitación secreta.

Kookie hasta ahora solo lo miraba, pero entonces rompió a llorar. El chico bonito no le hacía caso, el chico bonito no quería hacerle cariños, tampoco había prestado atención al hecho de que le había extendido su peluche favorito.

-- ¿Jungkook? -- Jin se preocupó un poco, nunca fue bueno liderando con las lágrimas, además, el chico no parecía el mismo, no vestido de esa manera y en una habitación así.-- Ageplay...-- murmuró y negó con un gesto de la cabeza.-- ¿Era esto lo que ocultabas, bebé? ¿Te da vergüenza que te miren así?--

Comprendiendo mejor la situación, Jin tomó en brazos a Jungkook, o mejor dicho, a Kookie. El chico no pesaba demasiado pese a su complexión, así que fue sencillo cargarle cómo tomaría a un niño.

-- Pero mira que hermoso se ve mi Gugkie, tan dulce, tan tierno.--

Al pequeño Kookie le encantaron las lindas palabras del chico bonito, le gustó recibir mimos, y quizá eso fue lo malo. Jungkook no podía controlar a Kookie, y este estaba demasiado cómodo en los brazos de Jin, restregando su cabecita contra su hombro y envolviendo su cintura con las piernas. Pero ahora Jin comprendía mejor, comprendió porque sus encierros en su habitación, comprendió porque Jungkook siempre parecía tener sueño, también porque siempre buscaba cariños por parte de los chicos. Su Jungkook, era un adorable bebé después de todo.

Kookie necesita un Daddy 🍼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora