Alguna vez no has pensado que siempre que te enfadas vuelves a alegrarte, pero desearías seguir con toda tus fuerzas enfadada.
Si no es así, esta historia no es para ti...Soy Liv , no es que crea en Dios o algo así pero creo en el karma y él, no cree en mi..
*Empieza*
Esta historia no empieza desde hoy o hace unos meses, esta historia está creada a partir de años y años de resentimiento, tristeza y soledad.
Después de años de enfados y vueltas a la normalidad tan rápido, lo he notado, una de esas veces fue hoy.
Yo estaba comprando ropa con mi madre y mi hermana gemela (imaginaros desde pequeña teniendo que compartir o que la gente elija todo el rato a tu gemela o que ella siempre sea la mejor y te lo restriegue por la cara y que incluso dentro de tu familia nunca pase nada con ella pero contigo sí) pues resulta que había cosas que veía y me gustaban, las cojía y me volteaba para enseñárselas con toda la ilusión del mundo a mi madre..¿Y adivináis que? Sí, ella no estaba(cuando hace un momento estaba a mi lado(con mi hermana)), la veía en la otra punta de la tienda con mi hermana. Eso lo podía pasar pero cada vez que le decía algo, o estaba con el móvil o con mi gemela. Yo, claro está, estaba ya un poco enfadada, ahí fue cuando mi hermana entró al probador con mi madre se tiraron tanto tiempo que llegué a pensar que se habían ido de la tienda, cuando salieron se dirigieron al mostrador para pagar y en la cola mi madre me vio enfadada y me preguntó si yo también quería algo.
Yo ahí tenía mi orgullo muy alto y lo negaba todo bruscamente, pero cuando estaban a punto de pagar mi madre me dijo "si quieres esa camisa pruebatela, yo te espero", yo le dije que no, y me hacer que a dejarla a menos de dos metros de mi madre, pero cambie de opinión y en vez de dejarla cojo otra prenda junto a la camisa y me dirijo al probador.
Todo esto al alcance de la vista de mi madre. Ya en el probador me probé las prendas, había decidido que me cogería la camisa, así que salí del probador, me dirijí hacía el mostrador y vi que no estaban, luego me giré para observar toda la tienda, nada, no había nadie. Lo peor de todo es que cuando estaba en el probador había pensado de coña que se habían ido y así era. Deje las prendas casi llorando pensando en las palabras que me había dicho mi madre ( "si quieres esa camisa pruebatela, yo te espero"), al salir de la tienda llamé a mi madre y a mi hermana, ninguna lo cogió. Llorando me senté en un letrero que tenía unas escaleras y revisé mi móvil, cuando de repente alguien llamó, era mi madre, rompiendo en lágrimas de frustración lo coji y le solté " GRÁCIAS POR ESPERARME, COMO SIEMPRE".*Nota de la autora*
Espero que hos guste el principio va a ser un poco soso pero después le meteré más cositas interesantes.

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La Sombra de Mi Sangre
Teen FictionEsta es la historia de una chica que tiene que vivir con el peso de una hermana gemela que es mejor que ella y usa medidas después de años igual.