La rutina es algo que no queremos cambiar muchas veces, y para ___ era así, sin embargo cuando un tal Levi aparece en su vida decide que romper su rutina de vez en cuando no estaba tan mal.
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Mis días se basan en ir a la universidad, ir a la biblioteca, pasar por mi cafetería favorita y finalmente volver a casa. Siempre asi, un eterno bucle que raramente se rompe. Estoy en segundo año de medicina y a pesar de ser una carrera difícil estoy dispuesta a dar lo mejor. Me paso el día en la biblioteca estudiando, leyendo sobre tratamientos experimentales e investigando sobre los hallazgos más recientes. Y no me quejo de mi rutina ya que de hecho es lo que yo elegí, es mi decisión que mi vida sea tan aburrida.
Siempre me gusta tomarme un descanso bien merecido y elegir un libro de la biblioteca que me guste. Tampoco es bueno para la mente estar trabajando todo el tiempo. Mis gustos son muy variados y soy capaz de leer de todo pero mis géneros favoritos son criminales y fantasía.
Hoy es un día normal como cualquier otro, recorro los pasillos de la extensa biblioteca un busca de un libro que me llame la atención. Mi meta siempre fue leer todos los libros de aquellas altas estanterías, o al menos una gran parte. Freno delante de la sección de romance, una sección que no estoy muy acostumbrada a tomar en cuenta. Tomo entre mis manos un libro con una hermosa portada rosa y un dibujo delicado. "Te doy mi corazón" de Julia Quinn. Decidí que esa sería mi lectura del día y me dirigí hacia el mostrador de la bibliotecaria, esperando por Andrea para dejar constancia del libro que retiro. —Buena opción, espero lo disfrutes. —Gracias —me limité a decir con una pequeña sonrisa para finalmente salir.
Tomé camino hacia mi cafetería habitual "La vie en rose" , un lugar un tanto alejado de mi departamento pero la calma de ese lugar a partir de las siete es impresionante. Una media hora de caminata y ya me encontraba en la mesa más alejada de la puerta. Pedí a Mary mi café con leche con medialunas y esperé mientras comencé con mi lectura. Aunque di lugar a la curiosidad de como no había aumentado aunque sea un kilo por venir aquí a diario. Debo admitir que por más que el romance no sea lo mio, este libro es bastante interesante y leo las páginas una atrás de otra.
—¡___! De vez en cuando podrías darme un poco de atención —habló Mary volviendo con mi pedido— no puede ser que solo vengas a leer, ¿cuándo vamos a salir? —estudio medicina, literalmente no tengo casi nada de tiempo. —solté con una risita. —Pero aunque se los fines de semana, es más este sábado vamos a organizar una fiesta con los chicos, siempre estas invitada. —Pensándolo bien no me vendría mal una salida, pasame la información por whatsapp más tarde. —Cariño, si seguis hablando asi nadie te va a invitar nunca —respondió mientras alzaba una ceja. —No hagas que me arrepienta tonta.
Le saqué la lengua y seguidamente ambas reímos. Se sentó frente a mi ya que no había mas clientes y estiró un poco sus brazos.
—Fue un día cansador me imagino. —SI, mis piernas no pueden más. Aunque hay una buena noticia y es que no voy a estar sola. Por lo visto le di pena al jefe y se apiadó de mi, contrató a un chico que ayude los fines de semana. —¿Ah si? Me alegra, al menos ya no voy a tener que escuchar tus quejas. —Muy graciosa ___, ya quisiera verte a vos doce horas parada con tacos. —Te recuerdo que esa idea de usar tacos es tuya, nadie te obliga. —bebí un poco de café. —Ay si si, ya callate. Retomando el tema, me mostró una foto del chico y es muuuy lindo. — contestó con un brillo en los ojos. —¿Vos emocionada por alguien? Raro. — Bueno tampoco me tomes como una chica fácil de impresionar pero mira —sacó su celular y entró a su perfil de Instagram.
