Capítulo Único

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Lan Wangji, nombre de nacimiento Lan Zhan era la segunda persona más importante en su familia, después de su hermano, quien era el jefe actual del Clan, la cara pública de la empresa Gusu y el heredero al trono de la Secta de la familia. Su familia era una de las más antiguas de la zona, destinada a mantener un equilibrio en el mundo, borrando al mal para que el bien prevalezca, haciendo lo que fuera necesario para que eso se cumpla, cada uno de los integrantes de los Lan seguía estrictamente una serie de reglas que evitaban su contaminación con los pecados del mundo, aun cuando su propia vida estaba repleta de muerte, sangre y dolor.

Los hermanos Lan en un principio no iban a participar en aquellas antiguas tradiciones, eso hasta que ocurrió la trágica muerte de Madam Lan, creando un vacío en la vida de los niños y el jefe Qingheng-Jun, Lan Wangji perdió su sonrisa ese día, volviéndose una persona diferente al dulce niño que Lan Xichen (su hermano mayor) había conocido. Ambos fueron entrenados para ser dignos sucesores, el mayor para ser la cabeza de la familia y Wangji para ser su sombra, su guardaespaldas, la persona más cercana y confiable para ejecutar sus órdenes. Una máquina de matar, un asesino perfecto que disfrutaba torturar a pederastas y violadores, siendo ese momento el único en el cual sonreía, gesto que en combinación con sus fríos ojos dorados carentes de emociones daban una visión de una pesadilla muy, muy sádica. Cada orden que su hermano mayor le pedía ejecutar, él lo hacía sin miramientos, haciendo sentir orgullosos a sus mentores y tío por ser el mejor en su oficio.

Los Lan siempre fueron caracterizados por su extrema belleza, piel blanca cual jade, rasgos finos y elegantes, imponiendo su presencia en cada lugar, siendo los más atractivos de su generación los hermanos Lan nunca pasaron desapercibidos, recibiendo elogios a cada paso que daban por su elegancia, inteligencia, sabiduría y temple, ejemplos de la rectitud y moralidad del mundo, tan solo una fachada que escondía sus más oscuros sentimientos y pensamientos, unos monstruos incluso peores de los que suelen asesinar.

Todo esto marchó bien hasta que Wangji conoció los placeres carnales a manos de un asesino del clan Jiang, llamado Wei Wuxian o Yiling LaoZu, ese hombre fue quien despertó en él un deseo, el deseo de tener algo para sí, algo que nadie más pudiera arrebatarle y así, ese sentimiento comenzó a generar un vacío que el placer de la carne jamás pudo llenar, no se podía imaginar a su compañero sexual como algo más que eso, sin embargo, este hecho nunca afectó su vida, solo la ensombreció más. El descubrir que podía sentir algo aparte del odio y placer carnal le hizo reconsiderar algunas decisiones que había tomado sin tomar en cuenta sus consecuencias.

El primer momento que tuvo celos de su hermano fue durante la boda del mismo, en donde observaba como el General Nie Mingjue besaba los labios de Xichen cuando los pronunciaron esposos, contemplando la felicidad irradiando en los ojos de ambos, ese día por fin notó lo que le hacía falta y se prometió que cuando encontrara a la persona indicada jamás le haría daño ni la dejaría ir, la cuidaría y protegería, así como su padre lo hizo con su madre, que desafortunadamente a pesar de los cuidados, una terrible enfermedad se la llevó, haciendo que al final el líder de la familia se suicidará al no poder contemplar la vida sin su amada, los Lan realmente eran románticos o eso era lo que las personas externas al Clan solían pregonar.

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El día era agotador, el Segundo Jade (forma en que llamaban a Wangji desde el momento que fue nombrado mano derecha de Lan Huan) odiaba ir a las juntas de inversionistas de la compañía, todos suponían que iba en calidad de aprendiz o para monitorear las cosas, pero la realidad era otra, en esos momentos iría como el guardaespaldas y protector del mayor a pesar de que no fuera necesario, porque aun con su suave sonrisa, Lan Xichen podría matar a cualquiera a sangre fría, sin importar quién o qué fuera el objetivo, se le conocía por ser uno de los hombres más sádicos, incluso más que su amante, el General Nie, quien se decía podría romperle el cráneo a un hombre con sus propias manos si estaba demasiado enojado, viejas historias de guerra que nadie quería comprobar.

Loto de Sangre (ZhanCheng)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora