Capítulo único.

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Él estaba aburrido.

Jiang Cheng había estado sentado en este aburrido banquete de líderes de secta durante las últimas tres horas, intercambiando cortesías sin sentido con los otros invitados mientras soñaba con el momento en que finalmente podría regresar a su habitación. Sabía que ser líder de una secta no era todo diversión y juegos, pero si había algo que odiaba eran las interacciones sociales inútiles. En silencio maldijo a Jin Guangyao por organizar todo esto, porque por supuesto que lo había hecho.

Aunque tuvo que admitir que las dos primeras horas no fueron demasiado terribles: la comida era buena, las bebidas también y, lo más importante, la compañía era agradable. Había estado sentado junto a Lan Xichen, quien probablemente era la persona más tolerable en toda esta habitación. Bien educado, no demasiado entrometido ni molesto... Había disfrutado conversar con él. Pero, por desgracia, Lan Xichen se había ido hace aproximadamente media hora, y un cultivador aleatorio de una secta menor había tomado su asiento, hablándole sobre cosas al azar que le importaban una mierda. No estaba lo suficientemente borracho para eso, pensó antes de beberse el vaso de una vez.

El hombre siguió divagando y Jiang Cheng estaba a punto de volverse loco. Mierda, incluso estaba empezando a marearse. Primero culpó a la constante conversación del otro hombre, pero pronto, el mareo comenzó a volverse insoportable. También se sintió muy, muy caliente.

—¿Líder de la secta Jiang? ¿Estás bien? Tu cara está muy roja. —El otro comentó.

Le aseguró al hombre que estaba bien y que probablemente solo necesitaba aire. Se sentía como una mierda, pero al menos eso le dio una razón para dejar la habitación por un rato. Excusándose, se levantó de su asiento en la mesa del banquete y trató de caminar hacia la puerta. Pero por alguna razón, sus piernas se sentían temblorosas y débiles y su mente estaba un poco confusa.

¿Qué carajo?

Primero pensó que podría estar un poco intoxicado, pero rápidamente descartó la idea. No había bebido tanto, solo un par de copas de vino, que para él era casi nada. Además, no se sentía borracho. Simplemente se sentía… Caliente.

Solo necesito aire, trató de convencerse a sí mismo de nuevo, y continuó, enfocándose en mantener su paso firme. Pero cuanto más avanzaba, más se mareaba. Había logrado salir del salón de banquetes y ahora estaba en un pasillo apenas iluminado.

¿Donde diablos estaba la salida?

—Líder de la secta Jiang. —Escuchó una voz que lo llamaba e inmediatamente volvió la cabeza hacia el origen de la voz. Sus ojos se encontraron con los orbes ámbar de Lan Xichen.

—Ze-Zewu-jun. —Su voz se quebró.

—¿Estás bien? —El hombre le preguntó, luciendo preocupado.

—Estoy bien, solo necesito~

Justo cuando estaba tratando de explicarse, de repente sintió que una ola de mareo lo invadía, haciéndolo perder el equilibrio.

¿Qué diablos estaba pasando?

Afortunadamente, un par de fuertes brazos lo agarraron antes de que golpeara el suelo y se encontró presionado contra un pecho duro como una piedra. Ni siquiera tuvo tiempo de procesar qué diablos estaba pasando cuando otra ola de mareo lo golpeó, haciendo que sus piernas se adormecieran debajo de él.

—¡Er-ge! —Escuchó una voz seguida de pasos. El dueño de esa voz y el que lo sostenía, ¿Lan Xichen? Ni siquiera lo sabía: comenzaron a hablar en voz baja, pero todo se sentía tan confuso y borroso que Jiang Cheng no captó ni una palabra de su conversación. Lo siguiente que supo es que la persona que lo cargaba comenzó a moverse y después de un tiempo, escuchó una puerta abrirse y cerrarse rápidamente. Finalmente lo dejaron en el suelo, su espalda golpeó algo suave - ¿una cama, tal vez? - y el mareo se calmó un poco. Luego escuchó a alguien rugir a través de la habitación:

ᴊɪᴀɴɢ ᴄʜᴇɴɢ, 3ᴢᴜɴ ʏ ᴇʟ ᴍɪꜱᴛᴇʀɪᴏꜱᴏ ᴀꜰʀᴏᴅɪꜱÍᴀᴄᴏ (ʟʟÁᴍᴀᴍᴇ ɢᴇɢᴇ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora