Rutina Nocturna | JayVik [Arcane]

Parte única

Disclaimer

Arcane y sus personajes no me pertenecen. Son propiedad de sus respectivos creadores como Netflix, Ash Brannom, Riot Games y Fortiche Productions.

Este es sólo un fanfic por qué me gustó la ship y me enculé de Viktor. 

[...]

Es tarde, muy tarde para la mayoría de personas con un ciclo de sueño saludable.

Después están ellos, en el laboratorio que lograron ganarse a pulso y trabajo duro.

Cosa que consiguieron sin un ciclo del sueño saludable, claro está.

Desde que recibió el apoyo de Viktor y ese pequeño incentivo al entregarle su libreta con las anotaciones de su estudio de la magia, trabajaron codo con codo para llegar donde están ahora.

Y por eso, tienen problemas para dormir a una hora razonable.

Pero la ciencia no espera a nadie.

Al menos Jayce ha logrado recuperar un poco de eso, pero Viktor...

Oh, Viktor. Es un caso especial, desde el tema de su condición, hasta sus ánimos en el laboratorio, con cada error, dándole la vuelta a sus teorías encontrando una solución y que nada les detenga de cumplir su sueño: El Hextech.

Jayce sonríe con la idea de que aquello es como su bebé. Algún día debe comentárselo a Viktor, seguro se ríen.

Ahora, debe encargarse de que llegue a su cama.

Está su compañero de laboratorio, realmente durmiendo sobre un montón de papeles cubiertos de garabatos con fórmulas y anotaciones de los intentos de comprender lo que tienen entre las manos, iluminado sólamente por la luz que genera aquella pequeña bolita azulina que levita constante en su pequeña incubadora.

Jayce le observa.

Hay algo mágico en el rostro durmiente de Viktor, verlo descansar en silencio después de la avalancha de conversaciones que logran tener mientras trabajan juntos. Es hasta encantador cuando suspira profundamente levantando sólo un poco las hojas o mueve el lápiz sobre la mesa, cuando este vuelve hacia él y le toca la punta de la nariz provocando que arrugue el entrecejo de manera adorable para un hombre de su edad.

O más bien, debería ser extraño que un hombre como Jayce piense de esa manera.

Aunque a esa hora de la noche no se lo cuestiona demasiado.

Antes de cargarlo como es costumbre, se retira la chaqueta para colocarla sobre sus hombros y que no pase frío, pone su mano sobre su mejilla tocando delicadamente, y como siempre, está más helado.

Le baja mucho la temperatura cuando se queda dormido aquí, Jayce teme que coja un resfriado un día de estos, la última vez que pasó casi le dio un susto, cayó directamente en cama solo por la fiebre.

Realmente debe tener un ojo sobre él.

Escucha el murmullo de Viktor en cuanto pone sus manos sobre él tratando de cargarlo lo más lento posible, y puede jurar que fue su nombre el que salió de sus labios, pero seguro fue su imaginación.

Solo es eso, el cansancio le hace escuchar cosas.

Pronto lo tiene justo donde quiere, entre sus brazos y listo para ser llevado a la cama. Y como siempre, Jayce lo acuna para asegurarse de no golpear su cabeza o alguna de sus piernas entre las paredes, otra vez, teme despertarlo, teme perturbar su sueño.

Pero, esta vez y contra todo pronóstico, Viktor reaccionó.

Usualmente lo carga muy fácil, no se mueve mientras duerme, no habla, solo se deja hacer.