Un muchacho extranjero entra a la U.A.
¡Él es de Latinoamérica, pero nunca visitó Estados Unidos!
- ¡Les mostrare japonesitos, que un latino puede ser tan fuerte como ustedes!
Así inició su aventura en un país, que literalmente estaba al otro lado d...
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Puede escuchar la flauta del amanecer, los pajaritos cantando fuera de su ventana y el olor a comida recién preparada. Se removió en la cama y cuando abrió los ojos vio a una persona que no reconocía, este tipo estaba parado en la cocina.
—¡Conchetumare! —se levantó de un salto, ¡¿le estaban robando?! El hombre desaliñado se giró hacia él con una mirada que oscilaba entre el cansancio y enojo—. ¡Mamá, se metió otro pejelagarto*!
—ロペス* —el tono de regaño era más que evidente.
—A —rapidamente recordó que se encontraba al otro lado del mundo, debido a la somnoliencia solo escucho algo en takataka—. Ja, ja, no tienes subtítulos.
El maestro frunció aún más el ceño, no le pagaban lo suficiente por enseñar a niños y, ahora, tenía la obligación extra de supervisar al extranjero. Aizawa se sentía cansando con tan solo escucharlo hablar en un idioma que no entendía.
—Lo siento, profesor Aizawa, me sorprendió verlo —señala, levantándose y comenzando a sacudir la colcha—. Ah si, ¿va ha estar aquí todo el tiempo?
Pregunta mientras termina de ordenar su cama, buenas costumbres inculcadas a base de chanclasos. Si era sincero, la pequeña estructura también brindaba ánimos de ser productivo. Divisó por la ventana y las calles no eran en lo absoluto concurridas, solo dos o tres personas caminando.
