Ser cuidadoso.

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Moverse por el Pizzaplex era difícil, ser discreto mucho más. Para mala suerte de Gregory el niño de nombre Evan no era demasiado rápido y se la pasaba temblando a un lado de las mesas mientras él veía a todos lados.

Sus sollozos a veces eran demasiado fuertes y se preguntaba cómo podía resistir tanto tiempo llorando sin marearse o dormirse.

La respuesta era que quizás sólo cuando se asustaba demasiado sus lágrimas eran liberadas pero la mayoría del tiempo trataba de contenerlas.

Nuevamente escucha el ruido de unos pasos y se agacha junto a su pequeño compañero para tapar su nariz y boca. La sensación de sus mocos es desagradable pero peor sería morir por no querer tocarlos.

- Tranquilo Evan, ya pasará -trata de consolar un poco. El niño no hace ningún esfuerzo por alejar su mano, solo trata de bajar el temblor de su cuerpo por estar aterrado.

Los pasos se alejan lentamente y apenas no son escuchados ni como un eco lejano Gregory suelta al pequeño llorón.

-¡Lo siento, lo siento, lo siento! -se disculpa apretando el peluche de Fredbear contra su pecho. Casi eran atrapados por su incapacidad de controlarse en situaciones de gran estrés. Agradecía que quien los buscaba era la guardia y la coneja y no los animatronicos porque se hubiera dado de baja enseguida. No los soportaba.

-No pasa nada- bueno, si pasa, pero es normal que reacciones así, creo. Vamos, hay que movernos, el lugar se comienza a llenar de Staffbots.

Ambos comienzan a avanzar por la entrada en busca de un pase.

Habían descubierto que con uno de cualquiera bastaba para pasar ya que no tenían usos limitados.

-Muy bien... -Gregory se detiene frente a la máquina de mejoras. Evan le había comentado que esta ayudaría a que pudieran moverse más por el Pizzaplex en lugar de quedarse en el principio y ser encontrados.

Al momento de ingresar el pase este fue rápidamente absorbido por la máquina, pero en contra de sus plegarias no salió nuevamente.

-¡Se comió nuestro pase! -se quejó en voz moderada, muy tentando a patear la máquina.

Justo en ese momento el niño con el peluche regresó corriendo. Gregory se regaña mentalmente al darse cuenta de que no lo había vigilado correctamente.

-¡EVAN, N-! - inmediatamente bajo la voz cuando el Staffbot volteó en su dirección. Tomó el brazo contrario y lo obligó agacharse junto a él cuando el bot paso la linterna por el área de atención al cliente. Cuando finalmente sus ruedas rechinan alejándose continúa hablando. -No te alejes así sin decir nada, es muy peligroso y lo sabes, ¡Podrían capturarte y yo no me enteraría para poder rescatarte!

El niño bajó la cabeza y volvió a apretar el peluche que tantos escalofríos le daba a Gregory. Podía jurar que este siempre estaba observando al niño de suéter negro.

Gregory sintió culpa cuando lo vio encogerse en su sitio.

-No... No estoy molesto, ¿Ok? -Evan lo vio arrepentido- simplemente quiero que tengas cuidado. Este lugar es terriblemente peligroso y me alegra que estés siendo valiente pero debes avisar, ¿De acuerdo?

Evan sonrió y asintió con ganas, mareandose en el proceso. Gregory contuvo su risa.

-¿Y qué encontraste afuera?

El niño pareció recordarlo así que mostró un pequeño mensaje escrito en una hoja.

-Lo vi abandonado junto a la fuente y... Me dio curiosidad, ¡S-sin embargo! Podría ayudarnos, supongo. Lee lo que dice.

Gregory tomó el papel y lo examinó con cuidado.

Abrió sus ojos ante el descubrimiento.

"Puedes volver loca a la máquina con imanes"

-¡Imanes! Vi algunos en Glamrock gifts, además nuestro pase de entrada incluye un regalo gratis, no sería taan ilegal.

Gregory sacude un poco su ropa y ayuda al más pequeño a levantarse. Acaricia sus cabellos como gesto de agradecimiento y ambos comienzan su caminata cuidadosa hacia la zona de regalos. Habían robots vigías y no sabían si la coneja aparecería pronto.

Él y Yo. [Fnaf Security Breach]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora