Your eyes are so bright, I... envy you.

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Fue interesante llegar en cuestión de una hora al observatorio de Molayne y Mamane. Bah, quizás fue más tiempo pero por solo unos minutos al tener que usar el Exeggutor Express. Ash nunca había estado tan silencioso como en esos minutos de subida.

Sólo eran ellos tres; Alain, Kukui y él. A pesar de que Kukui y Alain trataban de aligerar el ambiente con hablar de sus conocimientos generales, preguntándole a Ash ocasionalmente sus opiniones, el kantonés estaba en su propio mundo. Estaba tenso.

¿Estaba tratando esto como una situación de vida o muerte? Quizás el estrés que sentía en sus hombros era muestra de ello. No iba a morir, estaba seguro de que sólo estaba exagerando pero, ¿alguien cómo él, quien usualmente se estresa en batallas y en actuar como el elegido de varios Pokémon míticos y legendarios y no en situaciones más normales? Era... Demasiado.

Pero todo lo que tenía en mente se disipó el momento en el que salió del bus. Todo estrés fue desapareciendo de él cuando Alain le tomó con suavidad su mano, señalandole el hermoso y despejado cielo, siendo este simplemente manchado de estrellas.

Inconscientemente, Ash apretó la mano de Alain. Era igual de callosa que la suya, pero adoraba esa sensación.

— La última vez que vine aquí fue... Algo triste. No disfruté bien las vistas, si te soy honesto —Y su sonrisa era pequeña, triste. Aún seguía pensando en el Minior, lo cual era un tanto tonto. Su conexión con aquel Pokémon había sido efímera, tal y como fue su vida. Pero aún lo recordaba... Negó con su cabeza, tratando de eliminar cualquier otro pensamiento doloroso de su mente—. Pero está vez quiero ver todo contigo.

Y Alain le estaba sonriendo. Asintió con suavidad y que Ash se sintiera visto en esos momentos sólo le hacía sentir una calidez extraña en su pecho, siendo su corazón el epicentro de este.

— En Kalos no hay muchos lugares realmente que nos den este tipo de vistas —Alain habló, caminando junto con Ash por unos segundos antes de apoyarse en una de las cercas adyacente de ellos. Por más movimientos que hiciera, sus manos no se separaban—. Es agradable estar aquí... Es un poco frío pero prefiero los climas así.

— Kalos es bastante fresco —Ash ofreció—. Mi padre en cierto punto quiso llevarme a vivir con él pero... Pft, no me veo ni de chiste actuando como un kalés y no como alguien de Pueblo Paleta.

Y esto hizo que Alain alzará una ceja, interesado.

— ¿Acaso hay algo malo con ser de Kalos?

— Alain, ve mi cara y dime qué pertenezco a Kalos.

Porque en Kalos, por más que las personas salgan, no tienen un tono de piel tostado al estar tan expuesto al Sol. Tampoco son tan bajos. Aunque se pregunta si tendría que echarle la culpa a sus abuelos por sus genes que se saltaron una generación.

— Tienes un punto. En Kalos llegan a ser demasiado tranquilos y tú eres demasiado salvaje —Y tras un segundo de haberlo dicho, Alain parecía que se había arrepentido de haber dicho esas palabras—. Esas palabras te hacen parecer que fueras de la selva, me refiero... Tu te sientes como un alma libre, que se deja llevar por cualquier corriente de aire.

Esa es... Una forma interesante de verlo. Sí, en varias ocasiones le han dicho que parece un chico libre, después de todo, no todos son permitidos en iniciar su aventura Pokémon a los diez años. Ash nunca ha podido estarse quieto por demasiado tiempo; siempre con mucha energía o con demasiadas ganas de estar de un lado a otro, explorar una región hasta cansarse, hasta encontrar todos sus misterios.

Eso, o hasta resolver el problema de los legendarios, lo que pase primero luego de encargarse de ingresar a la liga.

— Aún no sé qué hacer después de Alola —Ash admitió, sonrojandose al sentir como Alain recargaba sú mejilla en la cabeza del menor—. Me gustaría volver a Pueblo Paleta para estar un rato con mi madre, como siempre. Tal vez debería ir de nuevo a Kalos para estar un tiempo con mi padre... No sé. Galar también me llama mucho la atención.

— No me molestaría que fueras a Kalos conmigo —Y el mayor inmediatamente se aclaró la garganta, viendo a otra parte, separandose temporalmente del calor ajeno. Sin soltar su mano—. Para que sea más conveniente, me refiero. Quiero pasar más tiempo contigo.

—... ¿Te gustaría ser mi compañero de viaje?

Y aunque para Alain la propuesta era tentadora...

— No sé si Mairin se sentiría bien en--

— ¡Podemos traerla con nosotros, no tengo ningún problema con eso! Siempre viajo con dos personas.

El kalés rió.

— Entonces lo pensaré.

Kukui finalmente se acercó a ellos. ¡Parecía que el observatorio y la pequeña lección sobre las estrellas estaba lista!

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⏰ Última actualización: Jan 06, 2022 ⏰

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