~Siempre lo hice~

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Sirius no podía conciliar el sueño. Los pensamientos llegaban a su mente como un gigante tsunami que querían acabar con el, destrozarlo en mil pedazitos hasta que no pueda ni respirar.

Se removió, se acostó de costado, hacia la derecha, hacia la izquierda, boca abajo, hacia arriba. Nada servía. Nada podía hacerlo dormir.

Una pregunta concreta rondaba por su cabeza una y otra vez sin darle descanso.

¿Que pasaría si... si tan solo le confesara a su amigo cuan enamorado esta de el?

Si le hablara de como se pierde en sus ojos marrones. O como adora su sonrisa. Que no para de pensar en su cabello. Que no sabe que haría sin sus comentarios sarcásticos. Como necesitaba de sus abrazos. O las inevitables ganas de solo poder probar sus labios.

¿Como podría? ¿Y si las sonrisas de Remus desaparecían luego de saber el inusual amor que Sirius sentía hacia el?.

¿Y si luego de saberlo no volvía a decir cuanto amaba el largo y negro cabello de Sirius?

¿Como podría tan solo levantarse cada mañana sin un ronco "Buenos días Padfoot" y una pequeña sonrisa que le dedicaba a pesar de recién levantarse y apenas podes abrir sus ojos.

El necesitaba eso. Necesitaba a su Remus. Su Moony.

¿Como viviría si nunca mas lo viera en las gradas del campo de quidditch, yendo a cada maldito partido de Sirius y apoyándolo?

El solo hecho de pensar que Remus no volvería a hablarle revolvía el estomago de Black.  El no podría vivir con el remordimiento de haber echado por la borda su amistad. No podría.

Porque no era un juego, no era como esa vez que Remus se enojo con el por haber manchado su libro con jugo de calabaza en cuarto año. No era como cuando lo regañaba por no estudiar para un examen importante. Era mucho mas. Si Remus no lo correspondía perdería su amistad para siempre, no volvería a ser lo mismo, no lo volvería a ver con los mismos ojos.

Y Sirius estaba tan pero tan asustado por eso. Lágrimas comenzaban a amenazar con brotar de sus tristes ojos grises. Todo su cuerpo comenzaba a temblar y de pronto el mundo se le venia a bajo. De pronto la palabra vivir no tenia sentido.

Pero recordaba las palabras de James. Las palabras que había dicho esa noche oscura y fría camino al castillo, luego de uno, dos, tal vez cinco vasos de whisky de fuego raspando las gargantas de esos dos amigos.

–James– llamo Sirius, mirando el estrellado cielo sobre sus cabezas.

–¿Mhm?– el nombrado lo miro reprimiendo las ganas de cerrar sus ojos y caer dormido.

–Que harías si...–por un segundo dudó, pero pensó que tal vez al día siguiente James ni siquiera recordaría cuanto alcohol ingirió y solo lo largo–...si estuvieras enamorado de una persona que sin duda no te corresponde.

–Yo...–Sirius lo interrumpió.

–Y dame tu punto de vista de lo que te estoy preguntando, no hables de Lily– James sonrió y asintió.

–No lo se Canuto... pero si eso que siento por esa persona es muy fuerte se lo diría– Sirius mordió su labio nervioso– No importa que sepas que no te corresponde, porque de verdad, ¿podrias vivir con el hecho de estar enamorado de una persona y no lo sepa? ¿Y si tal vez esa persona si sienta lo mismo que ti? ¿Porque te prohibirías decirle?– lo miro con detenimiento.

–No lo se Prongs...–paso sus manos frías por su cara, terminando en su cabello enmarañado–...De verdad no lo se.

Siempre lo hice ~ WolfstarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora