Otra oportunidad [YoonMin]

Única parte.

Jimin se sentía ahogarse en su propio mundo.

Y lo peor de todo, es que nadie parecía preocuparse por él.

Park Jimin nació en el seno de una familia adinerada, conocidos por los medios de comunicación como parte de las diez familias de Chaebol* más adineradas de Corea del sur.

Park Jisung es un empresario dueño de buena parte de las acciones de la empresa LG Corporation. Park Hyeon, esposa de Jisung, manejaba su propia línea de cosméticos y comida saludable distribuida por LOTTE. No era una sorpresa que ambos fueran tan ricos al estar involucrados en las empresas más importantes de su país.

Los chaebol suelen ser tratados como celebridades. Cuando de chismes se tratan, son los más perseguidos, incluso por encima de actores y idols de K-Pop. Todos están atentos a sus acciones, y no era para menos, pues de ellos dependía la economía de Corea.

Es así, que cuando se anunció el casamiento de Jisung y Hyeon, las portadas de los periódicos eran llenadas por la noticia. Todos querían saber que cosas nuevas traería esa unión y, sobre todo, conocer a su futuro heredero.

Así lo intentaron por años.

A pesar del esfuerzo, el matrimonio Park solo pudieron ser capaces de concebir un hijo: Park Jimin. Y para su desgracia, éste resultó ser un doncel*.

Los doncel eran extremadamente raros. Se estima, que solo el 2% de la población masculina al rededor del mundo era doncel.

En el pasado, ser doncel era señal de mal augurio. Se decía, que si un bebé nacía doncel, trairía desgracia a su familia, por lo que hace años el infanticidio era lo común. Hoy por hoy, eso era una práctica completamente ilegal. En muchos países, los doncel eran bien aceptados y tratados como iguales, pero en otros -como en Corea- seguía el estigma latente, apesar de ya ser reconocidos por el gobierno como personas con derechos y con leyes que los protegen.

Jimin siendo un doncel, era inaceptable para sus padres que él pudiera ser capaz de heredar sus riquezas. Simplemente no cabía en su cabeza tal posibilidad. Por lo que ni corto ni perezoso, buscaron un futuro marido para su hijo, de buena familia y estatus, y poder poner todo a nombre de su yerno, en vez de su hijo, para después pase a ser propiedad de sus nietos.

Los señores Park pensaron que era lo más ideal.

En ningún momento le preguntaron a su hijo si quería a ese hombre para él, o tan siquiera si deseaba casarse. Los sentimientos de Jimin no eran prioridad para los Park.

Así fue como Jimin fue dado en matrimonio a los veinte años con Kang Jinsuk, el sobrino del accionista mayoritario y CEO de Samsung Electronics.

Parecía que... Jimin simplemente no podría decidir nada en su vida. Él era un peón en un tablero de ajedrez.

No.

Jimin no lo iba a permitir más.

—¿Y después qué tienes pensado hacer, Minnie? —pregunto Jung Hoseok, su único amigo verdadero en el mundo.

—No lo sé... Nunca me puse a analizar las consecuencias. —bajó su cabeza, triste. La humeante taza en frente suyo se mantenía intacta y nadie en la cafetería lo había reconocido hasta ahora.

—Pues tienes que pensarlo bien. —suspiró. —No quiero ser pesimista, sabes que yo soy todo lo contrario al pesimismo. —levantó sus manos con gracia, provocando una leve sonrisa en el castaño. —Pero quiero que pienses con claridad en cada paso que vas a dar. Si te quieres divorciar de Jinsuk, tienes que tomar en cuenta que él tiene mucho poder y que con facilidad te puede quitar a tu bebé. Tus padres no dudarían en darle su apoyo a ese tipo.