Malditos Mellizos Montero

Capítulo 4

Estamos pasando por la plaza del pueblo, yo voy atrás del todo con el móvil y de repente alguien dice mi nombre. Levanto la cabeza y me encuentro a Abril.

-Hombre, hola Abril.- Digo acercándome a ella y separándome más de mi familia,- Hace tiempo que no te veía.

-Si la verdad que hace años que no nos veíamos, estos últimos veranos los he estado pasando en otros sitios, ya sabes el pueblo no es la alegría de la huerta que se diga.- Dice sonriéndome de una forma para mi gusto exagerada.

Estuvimos varios minutos hablando hasta que Bruno viene hacia mí.

-Olivia, tus padres dicen que vengas ya.

-Uy Oli, no recordaba que tuvieras primos mayores.- Dice poniendo una cara que no sabía muy bien cómo interpretar.

-No, es que no es mi primo, es el hijo de unos amigos de mis padres. Abril él es Bruno, Bruno ella es Abril.

–Bueno pues ya me lo presentaras mejor.- Asiento con la cabeza y decido que ya es hora para marcharme, pero cuando voy a despedirme de ella me interrumpe.- Dame tu número y así podemos quedar y te presento a mi grupo.

-Sí, claro.- Se lo doy y después de eso me despido y me voy.

Cuando me giro para volver me doy cuenta de que todos se habían ido de vuelta a mi casa menos los mellizos que me esperaban.

-No hacía falta que me esperaseis, se volver solita a mi casa eh.- Les digo de mala gana.

-Encima de borde desagradecida.- Nico suelta eso y yo le echo una mirada de odio.- Para tu información te esperamos porque nos lo han dicho mis padres no por gusto.

Suspiro y no digo nada más, madre mía este niño está colmando mi paciencia y no llevamos ni un día juntos. Subo el ritmo y me quedo más adelante que ellos, mientras que ellos cuchichean en bajo.

Cuando llego a mi casa subo a mi cuarto y me tiro a la cama a hablar con Ari un rato hasta que me llaman para cenar. La verdad es que no hay cosa que menos me apetezca, pero como tengo hambre bajo sin protestar. Cuando bajo estaban todos sentados en los sitios de antes.

-Oye tu amiga esa está bastante buena.- Me dice Nico y yo instintivamente le pongo una cara de asco.

-Cállate tío, que yo la he visto antes.- Le responde su hermano.

-Oye ya vale, que no es un juguete eh.- Digo para que se callen de una vez.- Además que tampoco es que sea lo mejor.

Después de decir esto agacho la cabeza y me pongo a comer ignorándolos.

-Uy que pasa, que la nena ha recordado algo que no le gusta y por eso se calla.- Dice Nico lo primero que hago es fulminarlo con la mirada, y cuando voy a decirle algo Bruno me interrumpe.

-Venga tío, cállate ya que te estás pasando.- Dice eso y yo le miro y le doy una pequeña sonrisa para agradecerle lo que ha dicho ya que su hermano se ha callado ya.

En cuanto termino de cenar me voy a mi cuarto y cojo mis cascos pero en vez de ir a mi cama voy al final de mi cuarto donde hay una ventana en el techo que da al tejado, subo y me tumbo a mirar las estrellas con los cascos puestos. Al rato noto que alguien se pone a mi lado, me giro y veo a Cloe. Nada más verla me incorporo y me quito los cascos.

-¿Cómo sabías que estaba aquí?- Le pregunto, ya que no se lo había dicho a nadie.

-Llame a la puerta de tu habitación, como no contestabas entré y vi la ventana abierta así que subí. ¿Quería ver cómo estabas?

-Todo bien, supongo.- Me mira sin creer lo que digo pero lo deja pasar.

-Hacía mucho que no subías aquí ¿no?- Me pregunta.

-Sí, la verdad que sí, lo he agradecido, supongo que volveré más a menudo.

-Es verdad que antes cuando veníamos te pasabas horas aquí arriba.

-Ya es que sentía que era mi lugar seguro, pero no sé por qué dejé de subir la verdad.

-Bueno yo en realidad quería preguntarte sobre la Abril esa.- se calla y yo asiento para que ella siga hablando.- Es que digamos que no hablabas sobre ella como una persona muy simpática que se diga.

-Bueno si es verdad que a mi parecer no lo es, antes cuando era más pequeña pues yo salía con un grupo de amigos aquí , y ella también estaba, y bueno digamos que ella siempre tenía que ser la protagonista y todo, y no se nunca sentí que yo la cayese bien del todo.- Suspiro y continuo hablando- Hace unos tres años llegué y cuando fui al sitio donde quedábamos no había nadie, fui varios días y al ver que no aparecía nadie supuse que no vendrían más así que no le di más vueltas al asunto. Hasta hoy que bueno ha venido a hablarme como si nada

-Entonces esa tal Abril hace unos años era la líder de un grupo y tú no la caías bien del todo y ahora viene a hablarte después de tres años con esa sonrisa más falsa que mis ganas de estudiar biología y se pone a hablarte como si fueseis amigas de toda la vida.

-Sí, algo así.- Le digo mientras asiento.- Pero bueno, le he dado mi número porque me ha dicho de quedar, así que he supuesto que ha madurado.

-Bueno, ten cuidado porque no me fío del todo de esa arpía.-Dice eso y yo la miro mal.- Lo siento eh, lo he dicho con el fin de no ofender a nadie.

Me mira y las dos nos empezamos a reír. Después de estar riéndonos un buen rato me vuelvo a tumbar y le ofrezco un casco y nos quedamos un rato mirando las estrellas. Pasar estos momentos con mi hermana me parecen lo mejor del mundo.

Un tiempo después mi hermana decide irse a su cuarto a dormir y yo también bajo para ponerme el pijama. Cuando lo tengo puesto me dirijo al baño y cuando salgo de mi habitación veo a ambos mellizos hablando con Cloe.

-Cloe, ¿no se supone que tu te ibas ya a la cama?- Pregunto susurrando ya que son las dos de la mañana y no es plan de despertar a toda la casa.

-Es que al salir de tu cuarto me los he encontrado y nos hemos puesto a hablar, pero bueno ya me voy a a cama.- Dice mientras les da un abrazo a cada uno y se acerca a mi a darme otro. Mi cara debe de ser un cuadro, ¿en qué momento Cloe se lleva tan bien con estos dos?

-Hija deberías aprender un poco más de tu hermana, ella es mucho más simpática que tú.- Dice Nico cuando la puerta de mi hermana se cierra.

-Bueno si yo no recuerdo mal hace unos años ella era más maja eh.- Dice Bruno, mira que tú me empezabas a caer mejor hijo mío.

-Sí, es que cuando una crece empieza a darse cuenta de con quien tiene que ser maja, y la verdad que con vosotros serlo no es una necesidad.- Y sin decir nada más me giro y me voy al baño, no sin antes fijarme en las caras de tontos perdidos que se les ha quedado.