SOLO ES FIEBRE

Parte I

La molesta alarma más la luz colándose entre las ligeras y blancas cortinas fueron la causa por la cual Wonwoo se vio obligado a finalmente abrir los ojos, decir que había tenido una mala noche gracias al dolor de garganta y de cabeza era poco, con suerte y logró dormir un par de minutos seguidos para volver a despertar por el dolor punzante en sus sienes.

Tal vez si hubiera sabido que su estúpido pronostico del tiempo en su celular no era correcto, hubiera tomado un paraguas y un abrigo extra para evitar mojarse y por consecuencia enfermarse, pero desgraciadamente el "hubiera" solo era una palabra que amortiguaba el peso de los lamentos, sin embargo, no arreglaba nada.

-Hey levántate rápido -dijo Seungcheol adentrándose en la habitación, como solía hacer casi todas las mañanas-. Se nos hace tar... ¿Te encuentras bien? -preguntó mientras acercaba su mano a la frente de Wonwoo, pues a simple vista se veía un poco más pálido de lo que ya era, haciéndole saber que algo estaba mal-. Parece que te dará fiebre ¿te mojaste ayer?

-Si, el pronóstico decía que sería un día normal y al parecer se equivocó, pero no es nada grave, no te preocupes -respondió el menor, retirando la mano de Seungcheol para comenzar a alistarse, aguantándose a la vez las ganas de sobar su garganta por el dolor que causó el esfuerzo que hizo al hablar.

-Wonwoo ¿Ya te escuchaste? -lo detuvo el mayor-. Ni siquiera puedes hablar con claridad, recuerda la última vez que enfermaste de gripa, me dijiste que no era nada de lo cual preocuparse y te deje salir a trabajar, pero resulta que poco tiempo después te subió la temperatura tan alto que te dejó inconsciente. Si te sientes mal, por muy mínima que sea la molestia es mejor que descanses, prefiero tenerte en casa sin hacer nada que en el trabajo y después en un hospital. Además recién comenzaremos con la nueva coreografía y terminaremos de grabar los detalles de la última canción que dejamos pendiente ayer, cosa que tengo entendido ya hiciste tú, y sobre la coreografía, te la puedes aprender mañana o cuando te sientas mejor.

Una de las cosas que caracterizaba tanto a Seungcheol era la especie de paternidad que tenía con todos sus compañeros, al ser el mayor y el líder del grupo comenzó a tomarse ese tipo de rol donde sus "pequeños" eran su prioridad antes que él mismo, aunque decir pequeños era algo fuera de lugar, puesto que todos rondaban la misma edad con unos cuantos años de diferencia.

-Pero hyung sabes que para faltar no solo necesito tu permiso, además te digo que no es nada grave, con un par de pastillas para la molestia me bastará -Wonwoo se apresuró a decir, lo que menos quería era causar molestias en la agencia por una simple e insignificante gripe, aunque en realidad eso era lo de menos, lo que no quería era quedarse solo entre esas cuatro paredes de su habitación.

-Te creería eso si fueras Dino o cualquier otro, pero no lo eres -Wonwoo no podía contraatacar ante esas palabras, sabía de primera fuente que él necesitaba dormir y comer bien aparte del medicamento para recuperarse y estar de nuevo al cien por ciento-. Y sobre tu falta, no te preocupes por eso, yo me encargo -y sin más que decir Seungcheol obligó a Wonwoo a recostarse para arroparlo de nuevo-. Te estaré llamando mientras no esté aquí, a la primera que no contestes vendré o le diré a uno de los demás que vengan, así que no se te ocurra apagar el celular ¿De acuerdo? -un asentimiento por parte del menor fue más que suficiente para dejarlo satisfecho.

Wonwoo no estaba tan convencido de quedarse en su cama todo el día, pero sabía que si se esforzaba un poco, la delicadeza de su cuerpo lo mandaría a estar hasta una semana entera en una cama de hospital, pues desde que era pequeño recordaba que venía pasando por aquello y aunque en esos tiempos le gustaba pasarse el día entero en cama, ya que era consentido por sus padres e incluso su hermano menor, ahora que vivía con sus compañeros no se podía dar esos caprichos de ser consentido cuál niño chiquito, pues en primer lugar, ellos tenían un trabajo con el cual cumplir, en segundo, él ya no era un niño para pedir por ello, y en tercero, la vergüenza de ser tratado como tal era más grande que todo lo demás, es por eso que solía actuar con indiferencia ante aquellos tratos mimosos o simplemente decía que le molestaba el contacto físico y que odiaba el que le obligarán a actuar tierno defendiéndose con un "ya no soy un niño para hacerlo", y con ello se obligaba a actuar como todo un hombre con madurez, aunque por dentro seguía siendo el niño que solía negar ser, extrañando los mimos de su madre.