Zayn sonrió hacia Harry como si ocultaran un secreto. Tomó el celular entre sus manos y marcó al número de teléfono que guardó hace unos días cuando visitaron un bar en la ciudad.

—¿Hola? —saludó amable. No recordaba el nombre de la chica para nada, pero sabía perfectamente que ella estaría dispuesta a ayudarlo en lo que estaba a punto de pedirle.

—Hola. —contestaron del otro lado.

Zayn sonrió ampliamente y levantó uno de sus pulgares hacia Harry quien lo esperaba expectante.

—Soy Zayn, ¿me recuerdas? —preguntó conociendo perfectamente la respuesta.

—Oh, claro. —comentó la mujer al otro lado. —Qué tal, Zayn. —continuó. Su sonrisa se sentía incluso a través del teléfono.

—Todo bien. —añadió rápidamente. —Quería saber si es posible tenerte en mi hotel en unas horas, ya sabes. —dijo con tonos coquetos.

Louis ingresó a la habitación casi silenciosamente esperando encontrarse a sus amigos durmiendo o algo parecido. Pensaba hornearles mucho panquesitos de esos que tanto les gustaba. En especial a Harry.

—Claro, tu solo envíame la dirección. —rió.

—Enseguida lo haré. —asintió. —Pero también me gustaría saber si tienes a alguna amiga igual de caliente que tú para un amigo. —casi suplicó para después golpear débilmente a Harry en las costillas.

El rizado solo pudo arrugar su nariz para evitar sonreír ampliamente. Guió su dedo índice hasta la punta de su nariz y cepilló esta casi carcajeándose.

Louis sonrió a ambos y bajó la mirada a sus zapatos. Se encontraban un poco sucios luego de salir del hotel en el que estaban para realizar las compras y hornear sus panquesitos.

—Seguro que sí. —comentó la mujer al otro lado de la línea. —Ustedes esperen por nosotras. —rió.

—Aquí la estaremos esperando. —aceptó. — Recuerda que Harry está desesperado por sexo. —comentó burlesco haciendo que en la otra línea rieran a carcajadas.

Hary observó a Zayn con una amplia sonrisa mientras negaba repetidas veces.

Louis caminó hasta el sofá en donde Harry estaba y tomó asiento a su lado. Sonrió junto con sus amigos mientras Zayn colgaba la llamada.

—¿Qué planes para hoy? —preguntó torpemente mientras colocaba sus manos en sus rodillas.

Zayn rió a la par de Harry.

—¿No es obvio? —cuestionó. —Harry y yo tendremos un poco de diversión. —jadeó a la vez que recibía un golpe en su cabeza por parte del rizado. —Lamento no haber conseguido a alguien para ti, Louis. —se encogió de hombros. —No creo que hubiera más mujeres disponibles. Además, no es por halagarnos, pero en verdad las volvemos locas. —finalizó llevándose una palomita de maíz a la boca.

—No te preocupes. —le restó importancia. Relamió sus labios y observó los dedos de Harry que se movían rápidamente en un gesto nervioso.

—Iré a cambiarme para recibir a mi cita. —comentó después de un momento.

Louis observó al mayor dirigirse a la cuarto de baño sin más.

—Creo que lo mejor es que yo también me prepare para mi cita, Louis. —comentó sonriente.

Louis asintió y pensó que ya no tendría con quién compartir sus panquesitos.

—Ah, Louis. —el moreno apareció nuevamente en su campo de visión llamando su atención al instante. —Por favor, ¿serías tan amable de dejarnos a Harry y a mí solos? —pidió casi bruscamente.

Louis tragó el nudo en su garganta y sonrió mostrando las arruguitas a lado de sus ojos.

—Por supuesto que sí, Zayn. —asintió.

—De acuerdo, gracias. —levantó su pulgar y alejó su rostro lo más rápido que pudo.

Louis asintió a la nada y mordió el interior de su mejilla con los ojitos perdidos en la nada. Caminó fuera de la habitación a pasos un poco muy apresurados y, con las manos en los bolsillos de su chaqueta, finalmente quedó fuera del lugar.

Era un poco difícil para él saber que la persona que le gustaba desde que tenía dieciocho años tendría una aventura de, posiblemente, más de una noche con alguien a quien no le conocía el rostro. Claro, él también estaba seguro de que era una niña muy bonita. Por supuesto, a Harry le gustaban las niñas bonitas. Todo el tiempo salía con ellas. Y sí, todas eran más que preciosas. Louis entendía perfectamente que ellos eran chicos heterosexuales que querían disfrutar de su sexualidad con mujeres hermosísimas, pero no entendía por qué le dolía tanto enterarse de aquello sabiendo perfectamente que Harry jamás se fijaría en él de esa manera. Bueno, tal vez sí lo entendía. En realidad, lo entendía a la perfección. Louis estaba enamorado de Harry, por supuesto. Sin embargo, no quería estarlo.

Caminó con la capucha de su hoodie cubriendo su sedoso cabello hasta el supermercado más cercano. Esperaba no ser reconocido por alguna fan. Entraría y se compraría todos los dulces posibles las frutas que más le gustaran y todo lo que encontrara que fuera de su agrado. Si tenía que estar fuera mientras sus dos compañeros de apartamento se divertían, al menos intentaría pasarla lo mejor posible.

Entró al lugar cubriéndose un poco más sin verse demasiado sospechoso. Llegó al sector de los dulces y sus ojos brillaron de felicidad. Tomó una pequeña canasta de la fila apilada a su lado y comenzó por introducir en esta un paquetito de galletas de chocolate. Sus ojos fueron directamente a la siguiente fila y encontró una gran cantidad de chocolates. Mordió su labio inferior en concentración y se decidió finalmente por una caja grande de chocolates cubiertos con maní. Avanzó a pasos pausados observando las pilas de dulces esparcidas por todo el pasillo. Sonrió enorme cuando por fin encontró crema de dulce de leche. Era su favorita, especialmente cuando horneaba pasteles y le tocaba decorarlos. Le encantaba demasiado. A Harry también.

Harry, seguramente se encontraba en ese momento con esa chica que la amiga de Zayn llevaría para que se conocieran. Louis estaba perfectamente seguro que ella sería preciosa y eso le hacía doler un poco el pecho porque Louis quería ser ella sin siquiera conocerla. Louis quería tener su cabello, sus ojos, su sonrisa, su perfilada y bonita nariz, su perfecto cuerpo lleno de curvas en los lugares indicados. Louis quería tener su carácter y su forma de ser. Louis deseaba ser la chica bonita a la que Harry esperaba. Pero no lo era, tampoco lo sería.

Zayn le había mandado un mensaje en ese momento.

"Puedes volver si gustas."

Louis acomodó lo que tenía en su canasta y fue directamente a la caja registradora para cancelar su compra.

Luego de veinte minutos de caminata es que por fin llegó al apartamento. Tomó sus llaves y abrió la puerta sin percatarse de que alguien la estaba abriendo desde dentro.

Harry frunció el ceño por un momento, pero cuando vio que se trataba de Louis su entrecejo se aflojó al instante.

—Oh, lo siento. —dijo rápidamente.

Louis asintió y antes de que pudiera hablar notó como el cuello de su mejor amigo era besado por una linda chica de cabello largo y brilloso.

—No te preocupes. —pasó la bolsa de una mano a otra y sonrió.

—No vemos, cariño. —sonrió la muchacha con ojos brillantes y sonrisa encantadora. Se veía risueña. Justo como cuando sabes que la primera cita fue de maravilla.

—Adiós, Olivia. —sonrió de lado él.

La joven rió despacio y caminó afuera el lugar no sin antes asentir con la cabeza hacia Louis a modo de saludo.

En ese momento Louis sintió que daría lo que fuera por ser esa chica.

La chica bonita.

I Wish I Was The Pretty GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora